Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha sido el primer partido en mover pieza en la semana tragicómica de la región. En un duro comunicado exige a Carles Puigdemont que se disculpe con los militantes de ERC por culparles de su eventual detención. Pero esa petición de disculpas viene acompañada de una sarta de ataques que evidencian una ruptura total y sin posibilidad de recomposición entre las dos facciones principales del separatismo.
"Es obvio que el partido y el entorno político de Puigdemont consideran que la decisión tomada por las bases de Esquerra el pasado viernes perjudica sus intereses electorales. Entendemos que esta decisión pueda ser objeto de crítica política, pero no se pueden superar determinados límites", reza el comunicado. También señala que "considerar que una hipotética detención del presidente Puigdemont sería culpa de ERC es una ofensa" y que "el uso de la represión para intentar sacar provecho electoral es vergonzoso y ofensivo".
ERC aprovecha la nota para reivindicar su "soberanía" y sostener que es "radicalmente democrática". Ahí respira por la herida de la alusión de Puigdemont a las campañas de falsa bandera que ha organizado el partido republicano contra sus adversarios políticos. ERC destaca que la decisión de Puigdemont de volver es "personal y no colectiva" y que culpa a la militancia de su captura "y no a los verdaderos culpables de la represión".
La dirección republicana, encabezada de manera provisional por Marta Rovira, responde así a las acusaciones vertidas por Puigdemont en su carta abierta y de las que son ejemplo estas líneas: "La decisión de la militancia de ERC de investir al candidato socialista Salvador Illa como presidente de la Generalidad hace que la detención sea una posibilidad real de aquí a muy pocos días. Siempre he sido consciente de este riesgo. Pero he preferido esperar a publicar este texto después de conocer la decisión de los militantes republicanos para que no se me acusase ni de hacer chantaje emocional –cosa que en los siete años de exilio he evitado siempre– ni de interferir en el proceso interno de otra formación política".
El calendario
Aumenta la tensión entre republicanos y posconvergentes a pesar de las aparentes buenas relaciones entre Marta Rovira y su homólogo de Junts, Jordi Turull. En paralelo, se confirma la falta de fuelle movilizador del independentismo. El único obstáculo que separa a Illa de su investidura es una reunión de los jóvenes de ERC para decidir el voto de su diputada en el Parlament. El criterio generalizado es que los cachorros no se opondrán a la decisión que adoptó el grueso de la militancia el pasado viernes.
Salvado ese escollo, el presidente de la cámara, Josep Rull, despachará con los líderes de los grupos empezando por Salvador Illa y tras ese trámite la diputación permanente debería convocar la sesión de investidura para el jueves.