Carles Puigdemont está dispuesto a regresar a España a pesar de la orden de detención que pesa sobre él por el cargo de malversación, delito que en la modalidad del cometido por el prófugo no se puede amnistiar según el criterio del Tribunal Supremo. El partido de Puigdemont, Junts per Catalunya (JxCat), así como la Assemblea Nacional Catalana (ANC) presionan a ERC para que no invista al candidato socialista Salvador Illa como presidente de la Generalidad, pero todo parece indicar que republicanos y socialistas van a llegar a un acuerdo que se someterá a votación de los militantes republicanos el próximo 1 de agosto. En caso de el pacto obtenga el visto bueno de los afiliados, la sesión de investidura de Illa podría celebrarse a partir del lunes 5 de agosto. Y esa es la fecha de la alerta lanzada por Junts a sus cuadros.
El líder golpista ha decidido cumplir su promesa de regresar a Cataluña para la sesión de investidura del Parlament autonómico, aunque no sea el candidato. En su entorno se considera que la irrupción de Puigdemont en el pleno de la cámara catalana podría alterar la previsión del voto afirmativo de ERC al PSC y, de paso, galvanizar a las alicaídas bases del independentismo. Sin embargo, la última manifestación de la ANC, ya bajo la presidencia del amigo de Puigdemont Lluís Llach, sólo congregó a unas mil quinientas personas. A eso se debe añadir que Puigdemont regresaría en plenas vacaciones, lo que puede dificultar sobremanera la convocatoria de actos masivos de apoyo al dirigente de Junts.
No obstante, el presidente del Parlament, el indultado Josep Rull, sostiene que Puigdemont estará presente en la sesión de investidura y que impedirá que pueda ser detenido en el interior de la cámara. Al tiempo, en el entorno de Puigdemont se asegura que los Mossos d'Esquadra se han puesto en contacto con ellos para sondearlos respecto a sus planes. La intención de la policía autonómica sería asumir la detención igual que ya sucedió con Clara Ponsatí cuando decidió regresar a España. En esa ocasión, un agente de paisano la instó a acompañarla a un coche sin distintivos policiales, todo ello en presencia del abogado Gonzalo Boye, que también es el letrado del prófugo.
El mitin en Francia
En ese contexto de rumores se ha celebrado un mitin de Junts en la localidad francesa de Amélie-les-Bains-Palalda, a pocos kilómetros de la frontera española. Allí, Puigdemont ha prometido que estará presente físicamente en la sesión de investidura de Salvador Illa si es que llega a producirse. El líder golpista ha señalado que "el Tribunal Supremo se niega a aprobar una ley aprobada en el Congreso y eso es un golpe de Estado". También ha recurrido a la expresión "la toga nostra" para descalificar a los jueces. "El Estado de derecho tiene un límite para ellos, que es la unidad de la patria y son capaces de hacer cualquier cosa. Nos debemos rearmar para defendernos porque nadie lo hará por nosotros", dijo Puigdemont, quien en ese punto reprochó a Sánchez que "sólo se preocupa de su mujer".
Además, defendió la Ley de Amnistía y aseguró que finalmente se acabará aplicando. "El retorno de los exiliados es lo que los jueces patrióticos quieren evitar porque eso supondrá el fin de la represión. El fin de la represión no será como ellos lo imaginaban, sino como lo hemos negociado nosotros, porque la Ley de Amnistía no es un proyecto español sino un proyecto catalán".
En cuanto a su regreso, Puigdemont afirmó: "Me dicen que no vuelva, que me detendrán. Agradezco la preocupación de corazón, pero del mismo modo que la decisión de ir al exilio no fue personal sino política, la decisión de volver del exilio no será personal sino política. Y nadie lo podrá impedir. No habrá más campañas electorales en el exilio. Y yo estaré, caiga quien caiga".
Más claro se mostró al afirmar que "espero que las autoridades eviten una detención ilegal y arbitraria y espero que el fiscal general persiga el delito si es que me detienen. Hoy tenemos unas herramientas que no teníamos en 2017. Tenemos la ley de amnistía y las resoluciones del grupo de trabajo contra las detenciones arbitrarias de Naciones Unidas". Puigdemont ha repetido que estará en el parlamento catalán y ha desafiado a los jueces a ordenar su detención.
El partido del prófugo ha celebrado su cuarto aniversario de existencia, motivo oficial del encuentro político. El evento ha servido para la reaparición de Laura Borràs en calidad de presidenta de Junts. En su discurso ha glosado la figura de Xavier Trias, exalcalde de Barcelona que se ha retirado de la política en el último pleno municipal, y también la de Josep Lluís Cleries, ya exsenador de JxCat. Además, ha presumido de que Junts es el primer partido del independentismo. En la fiesta también ha participado como orador Josep Lluís Cleries, quien ha rememorado los días en los que se tramitó en el Senado la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Xavier Trias también se dirigió a los presentes, que volvió a quejarse del pacto que le arrebató la alcaldía de Barcelona hace un año y alertó sobre el PSC: "No os fieis nunca de Jaume Collboni (el alcalde) ni de Illa".
Señalamiento a los jueces
El secretario general del partido, Jordi Turull, se felicitó por haber congregado a dos mil quinientas personas, según sus cálculos, en el mitin a pesar de estar en pleno verano. También presumió de ser la primera fuerza del independentismo y de la influencia del grupo de JxCat en el Congreso. Turull señaló en su discurso a los jueces del Tribunal Supremo Llarena y Marchena, al de la Audiencia Nacional García Castellón y al juez Aguirre y dijo que son los nuevos Tejero y Armada. "No sé qué piensa hacer Llarena y su banda, pero que sepan que nosotros estaremos delante, detrás y a su lado cuando Puigdemont vuelva a Cataluña", aseguró Turull. "No hay Llarenas ni Marchenas ni Felipe VI para parar a un pueblo que quiere ser libre. No acabarán con esta nación, ni ellos ni Illa", declaró también visiblemente exaltado.