
El Partido Popular se prepara para un otoño muy difícil, en el que el Gobierno de Pedro Sánchez profundizará más aún en la división de los españoles. A la batalla contra la amnistía, que todavía no ha concluido, se sumará el frente abierto por el cupo catalán y, también, la grave crisis política en Venezuela. Feijóo arrancará ya el curso parlamentario con dos iniciativas en defensa de los venezolanos.
Después de anunciar que llevarán al primer Pleno de septiembre en el Parlamento europeo una declaración para reconocer a Edmundo González presidente electo, el partido ha confirmado que impulsarán esta misma medida en la primera sesión que se convoque en el Congreso. Presentarán una Proposición no de Ley para instar al Gobierno de Pedro Sánchez a defender al opositor frente al régimen chavista de Nicolás Maduro.
La propuesta forzará al Ejecutivo de Pedro Sánchez a tomar partido, después de la comparecencia fallida del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en el Senado, donde fue incapaz de aclarar si España respalda a la oposición o al gobierno venezolano, asegurando que mantiene contactos con ambas partes pero sin desvelar en qué sentido.
El papel de Zapatero
Lo que sí Albares hizo fue respaldar a José Luis Rodríguez Zapatero que, todavía hoy, sigue sin pronunciarse sobre el resultado, lo que supone un aval a Maduro y, por extensión, que el Ejecutivo de Pedro Sánchez apoye en la práctica esta postura al elogiar la labor del expresidente. De hecho, hasta ahora el Gobierno se ha limitado a pedir transparencia, sin significarse ni denunciar el fraude electoral.
La delegación española del PPE liderada por Dolors Montserrat solicitará en la Comisión de Exteriores del Europarlamento la comparecencia de Zapatero para que se pronuncia, quizá por primera vez, de lo ocurrido en Venezuela. Los populares recuerdan que ha ejercido de líder de los escasos observadores internacionales que Maduro permitió entrar al país, habiendo excluido incluso a la UE, así como a la delegación del PP que viajó a Caracas.
El expresidente puede decidir no comparecer, lo que respaldaría la tesis del PP de los negocios e intereses económicos que tendría con el régimen de Maduro para callar pese a las flagrantes pruebas que existen de que ha habido fraude electoral. La más evidente es la negativa del mandatario a publicar las actas electorales, cuando se va a cumplir ya un mes de las elecciones, en el que se ha dedicado a reprimir a quienes han protestado contra el gobierno.
El PP se posicionó desde el principio con la oposición, especialmente después de la publicación de las actas electorales que demuestran en más del 80% que González fue la opción elegida por tres de cada cuatro ciudadanos venezolanos. En las manifestaciones convocadas en España se ha podido ver a representantes de este partido como la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el portavoz parlamentario, Miguel Tellado, o la diputada Cayetana Álvarez de Toledo. No así del PSOE.

