El acuerdo suscrito por el PSC y ERC para investir a Salvador Illa a cambio de una reforma del sistema de financiación incomoda al PSOE. Los barones, Page y Barbón, ya dejaron patente su oposición a que Cataluña se salga del régimen común. Si el Gobierno trata de negar lo firmado, que es claro y que incluye la cesión del 100% de los tributos, ERC se revuelve y amenaza con tumbar los Presupuestos.
Sucedió este miércoles tras las palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, negando que el acuerdo suponga una reforma del sistema de financiación y un concierto económico. El malestar de ERC fue instantáneo y, desde ese momento, en el Gobierno y en el PSOE se sumen de nuevo en el silencio. O lo que es lo mismo: al argumentario primigenio que elogia el acuerdo como "bueno" pero evitar aclarar qué es lo que se pactado. Así lo demostró la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que dijo este jueves que "van a cumplir con lo pactado".
El PSOE sigue incrédulo
De la ambigüedad calculada, se pasa a la euforia en las filas del PSC. El ministro de Industria y exalcalde de Barcelona, Jordi Hereu, pidió no entrar "en debates nominales", sin negar el concierto económico, pero reafirmó que "nosotros cumplimos lo que firmamos". "Lo cumpliremos al 100 por 100. Es nuestro compromiso y somos gente seria", recalcaba desde Cataluña.
Una enmienda a la totalidad a lo afirmado por Montero. En el PSOE hay dudas sobre la viabilidad de un concierto económico. En algunas federaciones creen que es "muy complicado" que salga adelante un cupo para Cataluña y creen que ni siquiera se votará en el Congreso. Ferraz guarda silencio y la única que ha fijado postura es Montero que, además de vicepresidenta, es vicesecretaria general del partido.
No hay que olvidar que la ministra procede de la federación andaluza, antaño una de las más críticas con los privilegios a Cataluña y que ahora está desdibujada en el debate mientras las agrupaciones locales claman contra su secretario general, Juan Espadas, y piden un nuevo liderazgo.
En línea con lo que afirma Montero, algunas federaciones creen posible la cesión de tributos como parte de la "singularidad". Es lo que siempre defendió el Gobierno: más competencia fiscal para pagar los Mossos y las prisiones pero nunca un cupo. Queda por ver cómo se articula este cambio y qué estrategia diseñarán en el PSOE y Moncloa para vender este cambio.
Las vacaciones de Pedro Sánchez junto con el presidente catalán, Salvador Illa, en Lanzarote y la presencia en la isla del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, convertido ahora en consejero aúlico del Gobierno, es un indicio del nuevo sanedrín gubernamental que está preparando la nueva pirueta dialéctica.
El cambio también es evidente en el Gobierno. Montero, alineada con las federaciones más escépticas o al menos mandándoles un mensaje de tranquilidad, mientras Sánchez, hablando antes de las vacaciones de "avanzar en la federalización", está en la línea del PSC.
El PP cree que Montero miente
El PP hurga en la herida por la que supura el Gobierno después de prometer a ERC un cupo catalán que provoca el rechazo del resto de federaciones socialistas. La secretaria general, Cuca Gamarra, acusó ayer a la ministra Montero de "mentir pensando que los españoles somos tontos", recordando que el acuerdo con ERC lleva estampada la firma del PSC.
El partido de Feijóo, que en un primer momento también barajó la tesis de que el PSOE estuviera engañando a los independentistas, da ahora toda la credibilidad a la amenaza de ERC de dejar caer a Pedro Sánchez y Salvador Illa, recordando que Pedro Sánchez también negó la amnistía y acabó aprobándola para seguir en el poder.
"Lo que ha hecho ERC es ponerle ante el espejo de la mentira", dijo Gamarra en declaraciones a los medios desde Bilbao, recordando que el PSOE ni siquiera sometió el acuerdo a su propia militancia, conocedor del rechazo que podría provocar. Sí lo hicieron los separatistas, en una votación que ganaron por la mínima, evidenciando la fractura existente entre sus propias bases.