
Las declaraciones en sede judicial de los patrocinadores de la cátedra de la mujer del presidente del Gobierno pueden suponer una ampliación del caso Begoña Gómez. Los responsables de los dos principales patrocinadores –Reale Seguros y la Fundación la Caixa– aseguraron que fue directamente Begoña Gómez la que les contactó para obtener su respaldo económico. ¿Pero por qué les contactó? Ignacio Mariscal, CEO de Reale, dio la explicación. Él no tenía contacto previo con la mujer de Sánchez, pero fue David Sanza, un corredor de seguros bastante conocido en el mercado, el que les puso en la línea de actuación de Begoña Gómez. ¿Y quién es Sanza? Pues, entre otras cosas, un amigo totalmente íntimo, no de Begoña Gómez, sino de Pedro Sánchez. De hecho, fueron compañeros del Ramiro de Maeztu.
Y eso significa que, con muy elevadas probabilidades, quien promovió el patrocinio de la cátedra de la mujer del presidente no fue ella, sino él: el propio presidente del Gobierno. Y fue en la sede de la presidencia de él –La Moncloa– donde se citó al rector Goyache que, a su vez, ordenó hacer la cátedra de la "mujer del presidente" antes de contar con los patrocinadores exigidos por la normativa de la Universidad Complutense. Y, en medio de todo ello, conviene recordar que Sánchez se negó a declarar ante el juez Peinado cuando el magistrado acudió a Moncloa a tomarle declaración en condición de testigo.
Begoña Gómez llamó a gestión hecha, al menos, a Reale. Porque la dirección se la había facilitado David Sanza, amigo muy personal y de la juventud de Pedro Sánchez.
Así consiguió la mujer del presidente el apoyo económico de la cátedra, es decir, los fondos que justificaron ante la Complutense sacar su cátedra extraordinaria. Pero, además, lo hizo dando por hecho que la cátedra salía: "Se va a hacer la cátedra". La versión ha sido dada ante el juez por Mariscal –CEO de Reale– y encaja como un guante con la testifical del entonces vicerrector Doadrio, que aseguró que a finales de septiembre el rector de la Complutense, Joaquín Goyache, le llamó para decirle que había que hacer la cátedra de la mujer del presidente. Y todo ello sucedió en septiembre: antes de que se firmara el convenio exigido por la norma de la Universidad Complutense para comenzar a tramitar la cátedra, una irregularidad que alguien deberá explicar el motivo por el que se permitió con Begoña Gómez. Y es que la Universidad exige de forma general que la cátedra llegue financiada para aceptarla. Aquí fue justo al revés. Y con llamada a un patrocinador preseleccionado por el amigo personal de Sánchez.
La Fundación La Caixa y Reale Seguros fueron los patrocinadores de la Cátedra de Begoña Gómez. Y han afirmado ante el juez Peinado que apoyaron la cátedra por el respaldo de la Universidad Complutense a esa cátedra, no porque ellos tuvieran un conocimiento previo de la preparación de Begoña Gómez. Es decir, que la Complutense se había comprometido a sacar la cátedra de la mujer del presidente antes de confirmar los patrocinadores. La versión ha sido mantenida por Marc Simón, subdirector general de la Fundación la Caixa, y, sobre todo, por Ignacio Mariscal, consejero delegado de Reale Seguros. Mariscal ha aclarado que financió la cátedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva tras la conversación con Begoña Gómez en la que, tras contactar ella con la empresa, afirmó que ya tenía la cátedra y que "se va a hacer".
Y el eje de ese contacto fue David Sanza, uno de los mayores amigos de Sánchez y compañero suyo en la etapa del baloncesto de la que tanto habla el presidente del Gobierno.


