
Cada vez queda más clara la inmensa precariedad parlamentaria que tiene el Gobierno. Aún sobrevuela en el ambiente el voto sorpresa en contra de Junts a la ley de alquiler temporal de Sumar que ocasionó la derrota número 35 del Gobierno de Pedro Sánchez desde el inicio de la legislatura. De esta forma el Gobierno de coalición ha salido en tromba contra el partido independentista que cada vez tiene más comprobado que sus siete votos en el Congreso de los Diputados son más imprescindibles que nunca.
"No sé si les tiemblan las piernas o ha sido un arranque de soberbia", sostienen fuentes del Gobierno que se han mostrado claramente descontentos con el sentido del voto de Junts. Sin embargo, lo que tienen claro los de Carles Puigdemont es que ellos no negocian a cambio de nada.
Con esta débil aritmética parlamentaria y con la senda de déficit y las negociaciones para los Presupuestos Generales del Estado en el punto de mira, el Gobierno trata de "oxigenar" las relaciones con Junts con distintos interlocutores para intentar, "con mucho trabajo" y siendo conscientes de que "va a ser más difícil", que los batacazos en el hemiciclo no sean una tónica semanal. No obstante, Junts, en boca de su diputado Josep María Cruset, ya ha augurado durante la sesión de control al Gobierno que "o cumplen los acuerdos o derrotas parlamentarias".
A preguntas de los periodistas, el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, ha defendido que Junts no manda en el hemiciclo, sino "los diputados y las diputadas", aunque los resultados no digan lo mismo. El pasado mes de julio, Junts votó en contra de los objetivos de estabilidad que acompañaban al techo de gasto para 2025 dejando el mandato de Pedro Sánchez en pausa. En enero, Junts, cumpliendo con sus amenazas, se opuso a la proposición de ley de Amnistía para renegociarla en la comisión de Justicia y así presionar al Gobierno a hacer más cesiones para Cataluña. Estos son solo algunos ejemplo de cómo Junts ha hecho descarrilar la mayoría de investidura de Sánchez.
El portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, responsable de defender la ley del sindicato de inquilinas para regular los alquileres de temporada en la tribuna, ha arremetido contra Junts por su "deslealdad" asegurando que los números daban y que "tres minutos antes de la votación Junts nos informó que cambiaba el sentido de su voto". Errejón ha lamentado en los pasillos de la Cámara Baja que los independentistas "no se hayan mantenido fieles a su palabra". Un sentimiento de decepción y enfado que choca con la broma que un diputado de Sumar trasladó a los periodistas antes de la votación: "Nos sobra medio voto".
Desde ERC, el diputado Gabriel Rufián, ha deslizado que Junts no es un partido del que te puedas fiar destacando además que sus votos se suman a la derecha española -PP y Vox- creando un nuevo bloque para hacer frente al Gobierno de Sánchez.

