
Caza mayor. Oriol Junqueras es la pieza a abatir en el congreso que ERC celebrará el último fin de semana de noviembre. Quedan aún seis semanas y amenazan con estar plagadas de filtraciones y acusaciones contra Oriol Junqueras, el que fuera líder indiscutible de ERC hasta los últimos batacazos electorales del partido. A falta de conocer la opinión de la militancia de a pie (el partido cuenta tan sólo con 8.000 afiliados, como se puso de manifiesto en la votación interna para avalar la investidura del socialista Salvador Illa) la práctica totalidad de la cúpula del partido se alinea contra el que fuera su jefe hasta el día después de las últimas elecciones europeas.
La primera en iniciar las hostilidades contra Junqueras fue su secretaria general, Marta Rovira, que le instó a dejar paso a un nuevo liderazgo en el partido y se puso como ejemplo al afirmar que no optaría a la reelección como número dos de ERC. A los pocos días, el "rovirismo" se organizó en una plataforma denominada "Nova Esquerra Nacional" (NEN) con figuras destacadas como la portavoz del partido, Raquel Sans, y Teresa Jordà, diputada en el Congreso y gran rival interna de Gabriel Rufián.
Al calor de esa plataforma se montó otra con el mismo objetivo, acabar políticamente con Junqueras. El exconsejero de la Generalidad Alfred Bosch presentó la iniciativa "Fóc Nou" (Fuego Nuevo), cuya candidata a la presidencia es Helena Solà. Sin embargo es la Nova Esquerra la que parece aglutinar mayores apoyos. Destaca el perfil gris de su candidato a la presidencia, un desconocido Xavier Godàs, exalcalde de la localidad barcelonesa de Vilassar de Dalt entre 2011 y 2019, pero más aún el equipo que está configurando. A Sans y Jordà se han unido el presidente del grupo de ERC en el 'Parlament', Josep Maria Jové (el de la famosa libreta con los detalles del golpe de Estado separatista, aún pendiente de juicio en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña), Ruben Wagensberg (el último "exiliado" del partido, que pasó dos meses en Suiza tras aparecer su nombre en el sumario frustrado del Tsunami) o Meritxell Serret, exconsejera de agricultura del gobierno golpista de Puigdemont y Junqueras.
En el esquema de Godàs, Jové ocuparía el cargo de secretario general adjunto de estrategia, Wagensberg sería secretario "nacional" de antifascismo y Serret, vicesecretaria general de política internacional ya que fue delegada de la Generalidad en Bruselas.
Presión de los antiguos dirigentes
A estos movimientos se debe añadir la presión contra Junqueras que ejercen, por ejemplo, Marta Rovira y Xavier Vendrell. La primera ha deslizado que Junqueras hizo llamadas a gente del PSC durante la negociación para la investidura de Illa reclamando el mantenimiento de algunos altos cargos afines a él, según ha deslizado la emisora oficial de la Generalidad, Catalunya Ràdio. Y Vendrell tachó a Junqueras de pusilánime y le acusó de haberse escapado a Montserrat para pedir el auxilio del abad cuando el "Govern" del que era vicepresidente celebró su última reunión tras la proclamación de la independencia.
El malestar con Junqueras de gran parte de la cúpula del partido es notorio. Carod Rovira y Joan Puigcercós también han reclamado al exlider republicano que deje paso a un nuevo liderazgo y una nueva fase política, pero Junqueras cree que tiene posibilidades de repetir como presidente del partido. Pase lo que pase, lo único claro es que el día después del congreso, el 1 de diciembre, habrá una purga en el partido en un sentido o en otro.

