
Inevitablemente el caso de Errejón, acusado de acoso sexual, ha sacudido a Sumar, pese a que sacan pecho de su actuación tras haber abierto una investigación interna. Y es que no solo pierden a uno de sus rostros más conocidos sino que daña la imagen del partido al ser el feminismo uno de sus mantras.
Pese a su corta vida, el descalabro de Sumar es notorio. Han pasado doce meses desde que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz oficializaran su alianza en un acto simbólico en el Museo Reina Sofía donde firmaron un documento que incluía más de 230 medidas. Desde entonces, el discurso de Sumar no ha variado. Ya entonces Díaz insistía en su vocación por "mejorar la vida de la gente", sin embargo, ese mensaje ha dejado de calar en el electorado de izquierdas. Precisamente en el último barómetro del CIS, Sumar ha obtenido su peor resultado recabando tan solo un 6,3% de intención de voto. En este sentido, si se cumplen los sondeos, la coalición de Díaz podría caer en la irrelevancia, de hecho, ministros como Sira Rego o Pablo Bustinduy son algunos de los menos conocidos por la ciudadanía.
Todavía sin saber diferenciarse, el grupo parlamentario plurinacional ya ha abierto la puerta de salida a dos portavoces parlamentarios en lo que va de legislatura. Marta Lois se despidió de la Cámara Baja al compaginar su candidatura electoral tras el decepcionante resultado en los comicios gallegos al contar con menos del 2% de los votos. Su sustituto, Íñigo Errejón, ha sido motivado por la propia formación a abandonar el partido tras las informaciones que acusan al ya exdiputado de comportamientos inadecuados con mujeres y que ya están siendo investigado por la Policía. Una salida que ha pillado a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en un viaje oficial en Colombia, y para la cual todavía no se vislumbra ningún sustituto. La formación ha convocado de urgencia a los medios de comunicación este sábado para anunciar las decisiones de la Ejecutiva.
El fenómeno Sumar se ha ido diluyendo pese al intento del PSOE que trata de reflotar la formación dándole más protagonismo y entrando al choque para escenificar tensión entre socios frente la relación que Pedro Sánchez mantenía con los de Ione Belarra en la pasada legislatura.
El poder de Yolanda Díaz viene debilitándose desde las pasadas elecciones europeas, gallegas, vascas y catalanas. Unos comicios que resultaron ser un descalabro para la formación que motivaron a la líder de Sumar fingir su dimisión ya que anunció que dejaba los cargos orgánicos de Sumar, aunque mantenía el liderazgo del grupo plurinacional en el Congreso de los Diputados.
Sumar dio el pistoletazo de salida entre duelos. Podemos, que tras una larga reflexión decidió adentrarse en la formación de Díaz, no dejó de medir sus fuerzas ya que según los morados la intención de la vicepresidenta segunda era esquinarles hasta su desaparición. Esto desembocó en la decisión de Podemos de pasarse al grupo Mixto donde pretende dar la batalla por liderar el espacio a la izquierda del PSOE y robar relevancia a Sumar.
El milagro que obtuvieron el 23J no despeja las divisiones y los fracasos que lleva acumulados la formación de Yolanda Díaz. La única carta que le queda a la vicepresidenta segunda es la negociación por la reducción de la jornada laboral, en lo que se está focalizando para sacar cabeza y poder exhibir un triunfo.
Todo esto bajo la incógnita de qué pasará los próximos 14 y 15 de diciembre cuando Sumar tiene previsto finalizar con sus trabajos fundacionales. La convocatoria toma ahora más peso ya que el partido tendrá que redefinir su estructura orgánica.

