
El Consell de la República de Carles Puigdemont podría tener los días contados. El prófugo acaba de dejar la presidencia de la entidad porque considera que es incompatible con la dirección de Junts, que asumió el pasado 27 de octubre en un congreso extraordinario de su formación. Puigdemont tenía depositadas grandes esperanzas en el Consell. Creía que podría aglutinar a todo el independentismo bajo el Consell y que este podía operar como una especie de gobierno de Cataluña en el extranjero –en el "exilio" según la jerga separatista– en defensa del "mandato" del referéndum ilegal del 1-O de 2017.
Con esa pretensión en mente y para dar ejemplo, Puigdemont dejó la dirección de Junts hace dos años para ocuparse del Consell. Pero las cosas no salieron como esperaba: ERC y la CUP boicotearon desde el primer momento el organismo, que quedó reducido a una especie de ejecutivo de juguete con la presencia de personajes como Lluís Llach –ahora presidente de la ANC–, el payaso Jordi Pesarrodona, Toni Castellà, ahora reconvertido en vicepresidente de Junts o la abogada penalista Teresa Vallverdú, también incluida en la nueva dirección del partido de Puigdemont.
Como la constancia no es la principal virtud del expresidente golpista, enseguida se cansó de la presidencia sin contenido de un organismo sin función y delegó en su mano derecha en Bélgica, el exconsejero Toni Comín, a la sazón vicepresidente de la entidad. Pero como suele pasar en el entorno del prófugo, las cosas no salieron como estaba previsto y Comín se ha visto involucrado en un feo escándalo de gastos difíciles de justificar con los fondos del "Consell". Una auditoría reveló que Comín gastó más de 15.000 euros en el alquiler de un coche y un apartamento, así como en otros gastos que según su versión están vinculados a su papel como vicepresidente de la entidad pero que según la auditoría ni están justificados ni fueron autorizados.
Los gastos sin justificar de Comín
El informe del auditor señala gastos relativos a una multa de tráfico por importe de 363 euros, el alquiler de un vehículo durante quince días por 1.997,35 euros, el alquiler de un apartamento durante quince días por 2.562 euros, 4.608 euros destinados al pago de los impuestos del apartamento en el que vive Comín en Lovaina y retiradas en efectivo por un total de 6.000 euros.
El escándalo, precedido por otro asunto tan difícil de vender a la parroquia separatista como el alquiler de un velero para unas vacaciones en la Costa Azul, ha puesto a Comín en el disparadero. Hasta ahora se pedía su dimisión y llegó a circular una carta entre los socios del "Consell" en la que se anunciaba su renuncia. Pero nada más trascender esa misiva, el Consell aseguró que era falsa y fruto del ataque de unos piratas informáticos.
Ahora, con la convocatoria de elecciones, todos los cargos del "Consell" han cesado y se está a la espera de que se anuncie día y formato para proceder a elegir a una nueva dirección. La entidad está en una grave crisis de credibilidad agravada ahora por la renuncia de Puigdemont a la presidencia.

