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Altos cargos del Gobierno y del PSOE admiten errores de comunicación en la tributación del SMI

Lamentan no haber dado la batalla con "pedagogía" durante las últimas semanas y afirman que no van a rectificar la decisión.

Lamentan no haber dado la batalla con "pedagogía" durante las últimas semanas y afirman que no van a rectificar la decisión.
Europa Press

Los argumentos estaban esbozados. Incluso tenían alguna ficha redactada. El debate empezaba a salir a los medios y hasta los sindicatos estaban posicionándose pero el Gobierno y el PSOE prefirieron esperar. Se sentaron y , al final, la bomba de la tributación del Salario Mínimo les estalló en las manos con la artificiera Yolanda Díaz detonándolo en plena rueda de prensa del Consejo de Ministros con una serie de reproches.

Más o menos esta es la sensación unánime entre las filas socialistas. "Hemos perdido una semana", lamentan algunos diputados por no haber hilvanado un argumento coherente. El malestar es evidente porque creen que, de haber "practicado pedagogía" previa, ahora el debate no sería el mismo. Incluso se quejan amargamente porque la polémica ha eclipsado por completo la última subida del SMI. "Somos expertos en pegarnos tiros en el pie", añade otro socialista con acta de diputado. En lo que también hay unanimidad entre los cargos del PSOE es admitir que este debate "no nos viene bien a la izquierda".

No parece que, de momento, vaya a revocarse. Así que el PSOE y el Gobierno se centrarán ahora en practicar esa pedagogía que creen que les faltó durante los últimos días. El objetivo es convencer a la población de las bondades de tributar para mejorar los servicios públicos. En Moncloa creen contraproducente que el SMI esté exento de tributación. Por un lado, argumentan que sólo un 20% de los que cobran el salario mínima tendrán que pagar la mitad de los 50 euros de subida y que, en muchos casos, ésta será devuelta cuando tengan que hacer la declaración de la Renta.

Por otra, recalcan que en la actualidad el mínimo exento ya empieza a alcanzar al 60% del sueldo medio, lo que tendría consecuencias devastadoras sobre el nivel de recaudación total que, algunos ministros, cifran en 2.000 millones de euros. "Es normal que, cuando se llega a esa convergencia, se empiece a tributar", añaden mientras se lamentan que se ponga el acento en esta tributación y no en el aumento del SMI durante los últimos años.

Entre los altos altos cargos del Gobierno admiten que pudo fallar la comunicación. "No entiendo por qué renunciamos a explicar", asegura un ministro en privado que lanza una pregunta a la líder de Sumar: "¿Por qué Yolanda Díaz tomó la palabra en los Consejos de Ministros cuando el salario mínimo estaba en 15.000 euros y defendía que había que tributar y ahora que está en 16.000 no quiere?".

Lo cierto es que la subida del salario mínimo, que estaba en 736 euros en 2018, ha ido parejo a una subida del coste de la vida y a una bajada del poder adquisitivo de las familias en los sueldos que no están vinculados al mínimo legal. Según datos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral, los sueldos han crecido de forma moderada, pero no lo suficiente para cubrir el impacto de la inflación que en 2022 llegó a ser del 8,40%.

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