
El cambio de versión de Carlos Mazón sobre la hora a la que llegó al Cecopi, cuatro meses después de la DANA, ha cogido con el pie cambiado al Partido Popular, que creía haber apaciguado los ánimos dentro del partido después de las tensas semanas vividas tras la tragedia. El presidente valenciano cambió de versión, una vez más, sobre la cronología y los hechos de aquél fatídico día, el martes 29 de octubre.
Después de llevar meses defendiendo que llegó al órgano encargado de abordar la emergencia "a partir de las 19.30", el gobierno valenciano admitió ante la juez de Valencia que investiga el caso, que Mazón no estaba a las 20.11, hora en la que se envió la alerta. Preguntado al respecto, el presidente admitía que llegó a las 20.28, lo que volvía a abrir las heridas en el seno del partido, donde todavía colea su futuro político y hasta qué punto perjudica su permanencia a toda la formación.
Para intentar desmentir la versión dada por la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, de que la alerta a la población no se envió hasta que Mazón llegó al Cecopi, en un intento por señalarle como el culpable de las muertes por su tardanza, la Generalidad valenciana caía en la trampa para rebajar su responsabilidad penal, al tiempo que agravaba la política.
La tensión en el PP
La noticia caía como un jarro de agua fría en las filas del PP, volcado en intentar ofrecer una imagen de unidad frente a la condonación de la deuda del Gobierno, con todas sus CCAA alineadas en contra de Pedro Sánchez. Cuando el foco se situaba sobre María Jesús Montero por sus cesiones a ERC, Mazón volvía a acaparar protagonismo, dejando descolocados a los dirigentes del partido.
Apenas salía a valorar lo ocurrido el vicesecretario económico, Juan Bravo, que daba la cara por Mazón y defendía que ha ofrecido siempre explicaciones y Génova le sigue apoyando. Fuentes de la dirección nacional intentaban defender que no había cambio de versión en lo dicho por el presidente "ni novedades", claramente incómodos por la situación de tensión que genera este asunto en el partido. A última hora del día, la secretaria general, Cuca Gamarra, esquivaba también el tema en un acto en el Club S.XXI y, a preguntas de la prensa sobre Mazón, optaba por hablar solo de la reconstrucción de Valencia.
El propio presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, debe responder en todas las entrevistas sobre la situación con Carlos Mazón, como hizo el pasado lunes. Mientras la secretaria general, Cuca Gamarra, y la plana mayor del partido le respaldaba en Madrid, el líder de la formación decía en Telecinco, al ser preguntado sobre su futuro político, que "el PP tomará la decisión más oportuna porque nos interesa gobernar a Valencia", dejando entrever que Mazón no tiene garantizada su continuidad.
El PSOE, al ataque
Las declaraciones de Mazón llegaban justo el día en el que el PSOE estaba más asediado con sus últimas cesiones al separatismo, después de conceder una quita de la deuda catalana por valor de más de 17.000 millones de euros. Para blanquear esta medida, Hacienda había impulsado una mutualización de otras deudas autonómicas hasta los 83.000 millones de euros.
Una decisión que no gustaba a todos sus socios como Compromís. Sin embargo, las declaraciones de Mazón volvían a tender los puentes entre PSOE y sus partidos satélites. Todos se unían con un mismo objetivo: pedir la dimisión del presidente valenciano.
La portavoz de Compromís en el Congreso, Águeda Micó acusaba a Mazón de tomar "por imbéciles" a los ciudadanos y seguir "mintiendo". En esa línea, el ministro Ernest Urtasun, de Sumar, era el primer en pedir explicaciones a Feijóo al que acusaba de estar cubriendo a un mentiroso compulsivo" y ser responsable de la "vergüenza" que supone que Mazón siga el frente del Ejecutivo autonómico. La también ministra y líder del PSPV, Diana Morant, aseguraba que el líder valenciano "está en una huida hacia adelante, quiere sostenerse a cualquier precio".
La socialista enmarcaba su cambio de versión en un blindaje ante la jueza que investiga el caso. Tanto Mazón como Micó recordaban que que existen mensajes de la exvicepresidenta Teresa Ribera que pide contactar con Mazón y este le dice que no tiene cobertura porque estaba en el CECOPI antes de las 20.30 horas del día 29 de octubre.
Fuentes socialistas iban más allá y acusaban a Feijóo y Mazón de "nadar en una riada de mentiras". "Si Feijóo no tiene la capacidad para apartar del cargo a Mazón debería reflexionar sobre su irrelevancia como presidente del PP", añadían, y aseguraban que el político gallego y el alicantino habían unido "sus destinos políticos".
