Pedro Sánchez asegura que quiere liderar la respuesta frente a las medidas arancelarias de Donald Trump. Que va a ser el ariete frente al movimiento de "ultraderecha" del presidente de EEUU. Y que, igualmente, se va a volcar en la ayuda a Ucrania para frenar a Rusia y su alianza con Rusia. Y, mientras lo dice, resulta que España, en el mes de febrero ha situado a Estados Unidos como el principal suministrador de gas natural y a Rusia como el tercero. En medio de ambos sólo queda Argelia y porque España mantiene una doble estructura de gasoductos –uno permanece cerrado por el apoyo de Sánchez a Marruecos– que le lleva a contar con ese suministro de forma casi estable.
El panel de suministradores de gas natural a España recién cerrado correspondiente al mes de febrero dibuja una fotografía hasta cómica si se cruza con la realidad geoestratégica que vive España.
Pedro Sánchez afirma que el apoyo de España a Ucrania y Zelenski es indudable. Y resulta que en un año móvil (de marzo de 2024 a febrero de 2025), hemos situado a Rusia como nuestro segundo mayor proveedor de gas natural, financiando, por lo tanto, a Putin en plena invasión a Ucrania. En concreto, le hemos comprado el 19,8% de todo nuestro consumo de gas natural.
Entre enero y febrero de este año, la dependencia brutal del gas ruso ha cambiado levemente, bajando al 14% de todas las compras de gas en ese bimestre. ¿Y cuál ha sido la razón? Pues por surrealista que pueda parecer, porque hemos primado las compras de gas de EEUU justo mientras Sánchez lanzaba sus mensajes de que preparaba una dura respuesta contra Trump, su apoyo a Rusia y sus anuncios de aranceles
.El resultado es visible: en febrero ha sido EEUU nuestro máximo suministrador de gas natural, con nada menos que el 35,2% del consumo total. De hecho, ha sido de los muy pocos y muy extraños meses en los que las compras de gas procedente de EEUU han superado a las de Argelia. Y eso contando con el envío por gasoducto de este último país.
Dependencia del gas ruso y de EEUU
En resumen, que en estos momentos, España es híperdependiente del gas ruso y de EEUU, justo los dos países que Sánchez dice combatir desde el punto de vista comercial.
Y la razón de fondo de esta selección de compras no es otra que nuestra estructura de generación de electricidad tras haber disparado el castigo fiscal y declarado a muerte a las centrales nucleares. Porque, la realidad es que, al haber prescindido, primero, del desarrollo y ampliación de la energía nuclear, y después, de, al menos, su propio mantenimiento –el calendario de cierre de centrales es poco menos que sagrado para el Gobierno de Pedro Sánchez–, hemos pasado a ser plenamente dependientes del gas natural como garantía de un suministro con continuidad y sin cortes.
Y en el mercado de gas natural se compra al ofertante que sea capaz de cubrir tus necesidades al mejor precio, algo que provoca que, en caso de querer adoptar sanciones comerciales, la generación de electricidad –o la misma calefacción– se dispare de precio por tener que renunciar a esos precios más bajos, algo que los votantes suelen acoger de mala gana. Y Sánchez no está dispuesto a renunciar a votos.
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