Hasta ahora, cualquier ley que se negociase por parte del Gobierno con los grupos tenía dos interlocutores: María Jesús Montero, ministra de Hacienda; y Félix Bolaños, ministro de Presidencia y Justicia. La vicepresidenta primera se encargaba de las negociaciones que tuviesen partidas económicas mientras que el hombre de confianza de Sánchez solía centrarse en el plano legislativo y jurídico. Así ha sido durante los últimos años. Hasta ahora.
Por primera vez, las negociaciones sobre un paquete de ayudas recaen en el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. Él será el encargado de recibir "las aportaciones" de los grupos parlamentarios. La única duda que tienen en el seno del Ejecutivo es si Vox entrará en la ronda de contactos ya que con los de Abascal ven "muy complicado el diálogo".
Las primeras reuniones comenzaron en la tarde de ayer. A las 19:30 citó en el Ministerio al responsable económico del PP, Juan Bravo, y se anunció que en la Mesa del Congreso del martes se incorporará al pleno de la próxima semana la comparecencia del ministro de Cuerpo para "informar sobre el Plan de Respuesta y Relanzamiento comercial".
Montero, sale
El ascenso de Cuerpo llega tras una serie de tropezones de María Jesús Montero durante la última semana. Primero, la confrontación que abrió entre universidades públicas y universidades privadas y que más tarde el Gobierno quiso enmendar al asegurar que se trataba de un debate entre "educación buena y mala" y admitiendo que había "universidades privadas magníficas".
Aunque el que más le desgastó fue cuando opinó sobre la absolución de Dani Alves y aseguró que es "una vergüenza" que la "presunción de inocencia esté por delante del testimonio de una mujer joven y valiente". Unas declaraciones que le valieron un sonoro reproche y que unió a todas las asociaciones de jueces, fiscales y también al CGPJ. Tanto es así que Montero acabó disculpándose y en el seno del PSOE ya hay unanimidad: "No se expresó bien". Mucho se ha escrito y especulado aunque coge fuerza que Sánchez está "sobrecargando" a su vicepresidenta primera quien, además de ejercer de ministra de Hacienda, vicepresidenta y vicesecretaria general tiene ahora que desdoblarse los fines de semana para ejercer de líder de oposición en Andalucía y de secretaria general del PSOE-A.
Cuerpo negociador
Por primera vez, Montero sale del equipo negociador y entra el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. "Los tiempos cambian", admiten algunos veteranos tras las últimas polémicas. Otros, reconocen que el joven extremeño "pinta mucho" en el Gobierno de Sánchez y, aunque los aranceles es competencia comunitaria y de economía, lo que se encargará de negociar y presentar es un paquete de ayudas a las empresas y trabajadores.
A su favor, juega su buena reputación. No en vano, el titular de Economía, que llegó como un desconocido, ha conseguido en poco más de un año ser el mejor valorado en el CIS, desbancando a la de Defensa, Margarita Robles. En el Ejecutivo valoran la determinación de Cuerpo, quien ha tenido varios enfrentamientos con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Lo que obligó a Sánchez a intervenir para dar la razón a la líder de Sumar, en el caso de la reducción de la jornada laboral. Una victoria parcial para la vicepresidenta segunda ya que parte de las aportaciones de Cuerpo, como ayudas para que las empresas puedan "asimilarlo", pueden resucitarse como enmiendas.
Cuerpo, que llegó recomendado por la exministra Nadia Calviño, ha ido ganando peso político durante los últimos meses y en las dos últimas semanas ha participado de forma activa en la elaboración del Plan que Sánchez presentó este jueves ante "el tejido productivo" en un acto en Moncloa.
Cuerpo presente
El auge de Cuerpo será también su primera gran prueba de fuego aunque no lo tiene complicado. En principio, el plan de 14.000 millones cuenta con el respaldo de la mayoría de los partidos. En Moncloa también valoran como positiva la primera reacción del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que criticó con contundencia los aranceles de Trump y a Vox por situarse del lado del presidente norteamericano. En Génova parece que seguirán su doctrina previa y es la de no oponerse a algo que viene pactado por los agentes sociales.
La mayor parte de las medidas se aprobarán en el Consejo de Ministros del próximo martes y "unas pocas" más se canalizarán a través de un Real Decreto. Además, el Ejecutivo pretende ayudas para reconvertir algunas de la industria afectadas, por ejemplo la del automóvil, para que puedan producir material para defensa y seguridad. Lo que sería, volver a llevar a práctica esa máxima de Sánchez de "hacer de la necesidad, virtud" y, de paso, hacer frente a la crisis arancelaria y a la del aumento del gasto en defensa a la vez.