
En un partido acostumbrado a cerrar filas en defensa del polémico presidente estadounidense Donald Trump, incluso ante sus salidas de tono más sonadas, como cuando culpó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski de iniciar una guerra imposible de ganar, o cuando decidió desatar una crisis arancelaria global, sorprende el giro que plantea el diputado de Vox, Pedro Fernández, en un reciente artículo de opinión.
Lejos de los habituales elogios que Trump recibe de Vox, Fernández escribe sin rodeos en El Economista que el republicano "representa una mutación de la lógica democrática" y se ha convertido en "la principal figura de la antipolítica". Un juicio duro que viene de un representante de Vox, que tiene a Trump como su mayor aliado internacional.
Fernández, que dejó de ser afiliado de la formación como adelantó Libertad Digital, pero mantiene su escaño, ha adoptado una posición propia y contraria al resto de dirigentes de Vox, desde que el pasado mes de agosto Santiago Abascal integrara a Vox en el partido europeo de Viktor Orban. En el texto el diputado no oculta sus críticas contra Trump desafiando el camino asumido por otros dirigentes del partido que eluden mencionar su nombre, excepto Javier Ortega Smith o los eurodiputados Hermann Tersh y Juan Carlos Girauta.
En su artículo, Fernández traza un retrato de Trump al que acusa de erosionar "el principio de veracidad" mediante el uso sistemático y deliberado de "la mentira" como herramienta política. Denuncia además la imposición de aranceles comerciales como expresión de un "abuso de posición dominante" en el tablero global. Vaticina que "su tiranía" y "deseo de libertad sin límites" acabará "destruyendo las instituciones democráticas desde dentro".
El diputado de Vox por Zaragoza, conocido también por su papel como abogado en la acusación popular del 1-O junto a Javier Ortega Smith, recurre a las reflexiones de pensadores como Jean-Jacques Rousseau o Hannah Arendt para fundamentar su diagnóstico sobre Trump. Según Fernández, el presidente de EEUU ha dado forma a una "comunidad política excluyente", en la que toda disidencia es deslegitimada y reducida a la categoría de "traidores", "enemigos internos" o "fake news". Mismas etiquetas que de forma recurrente han sido utilizadas por Vox tanto para descalificar a otras formaciones políticas como para erosionar la credibilidad de los medios de comunicación.
Concluye su texto diciendo que Trump "encarna los peligros descritos por los principales filósofos de la historia" y propone como solución "la recuperación del valor social" en política.