
Cuando todavía faltan dos meses para el congreso del PP, los nervios entre los dirigentes del partido están a flor de piel. Desde el año 2008 no ha celebrado un congreso que permita revisar el armazón ideológico del partido, incluido sus estatutos. En los cónclaves que siguieron a aquella traumática cita imperó la tranquilidad de verse en el Gobierno (2012) o la urgencia de superar momentos muy convulsos (2018 y 2022), lo que apenas dejó hueco para el debate de las ideas que reclaman algunos sectores del partido.
Es la llamada "batalla cultural" que pide recuperar el ala liberal, representada siempre por la agrupación de Madrid que lideró primero Esperanza Aguirre y, ahora, Isabel Díaz Ayuso. Se trata de un asunto muy controvertido para la derecha, que explica en parte el nacimiento en su día de Cs y después de Vox, que siempre ha reprochado al PP haber renunciado a confrontar ideológicamente con la izquierda para centrarse sólo en la gestión económica.
Esto explica la tensión contenida que se vive ahora en el PP, a la espera de conocer los detalles de la ponencia política que deberá debatirse en el congreso del próximo mes de julio. Consciente de los choques habituales que puede haber entre los más cercanos a la socialdemocracia, los liberales y los conservadores, Alberto Núñez Feijóo pidió a los suyos este lunes "discutir pero no dividir", asumiendo que "no todos pensamos igual pero sí queremos lo mismo". Un aviso a navegantes del que todos han tomado nota.
Y ante posibles dudas, enumeró los temas a tratar: libertad e igualdad ante la ley, empleo, economía, vivienda, servicios públicos, sanidad, agua, natalidad, familias, reducción de trabas burocráticas, apoyo al emprendimiento y defensa de la unidad nacional, entre otros temas que se incluirán en la ponencia política. "No fallaremos, lo que prometa, se hará, os doy mi palabra", dijo sin perder de vista lo ocurrido con Rajoy, cuando pese a lograr mayoría absoluta en 2011 incumplió sus promesas electorales.
El mismo día que Feijóo convocaba oficialmente el congreso, Esperanza Aguirre presentaba su libro, Una liberal en política, con la presencia de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del portavoz parlamentario, Miguel Tellado, o de la vicesecretaria Ester Muñoz. Ante ellos criticaba que el PP "no ha podido ilusionar a mayor número de personas que los socialistas" porque "no se ha dado la batalla cultural", señalando como objetivos prioritarios la defensa de la unidad de España y la libertad. Ayuso pidió la unión de las tres familias habituales del PP y realizar reformas de calado para "ilusionar", en línea con la petición de Aguirre.
"Sin miedo a los debates"
Un claro mensaje sobre lo que esperan de la próxima cita de julio, donde la elección de Madrid para celebrar el cónclave, y del secretario general del PPM, Alfonso Serrano, como organizador, indican el peso que Feijóo otorga a esta agrupación, aunque en la ponencia política ha buscado equilibrar las fuerzas territoriales nombrando al presidente de Andalucía, Juanma Moreno, y al de Castilla La Mancha, Alfonso Fernández Mañueco, que próximamente se examinarán en las urnas.
La presencia de la eurodiputada y directora de Reformismo 21, Alma Ezcurra, que proviene del PP de Madrid, templa los ánimos ante la ausencia de Ayuso en la ponencia, como destacaba el propio Serrano al ser preguntado por la prensa. "No hay que olvidar que dentro de esa ponencia, además de dos presidentes autonómicos, está Alma Ezcurra, que es la coordinadora de la ponencia, que trabaja en la fundación y es un fichaje que hicieron en las listas de Madrid", dijo este martes.
"No tenemos ningún miedo a ningún debate, vamos a hablar de todos los temas que preocupan a los españoles", añadió Serrano, que pidió "esperar a que los ponentes hagan su trabajo" y remitió a las enmiendas al texto que puedan producirse. El propio Feijóo, horas antes de que Serrano hablara ante los medios, aseguró durante un desayuno informativo que "todas las batallas hay que darlas y todas hay que ganarlas", al ser preguntado por la petición que hizo Aguirre.
La expresidenta de Madrid, consciente de la interpretación que se puede hacer de sus palabras, rebajó algo el torno durante el mismo desayuno informativo. "Yo estoy en el PP y doy la batalla cultural, Isabel (Díaz Ayuso) está en el PP, y la da, y Feijóo, recientemente, la ha dado con el tema de la vivienda o de las nucleares", dijo. Preguntada por la ausencia de Ayuso en la ponencia, optó por destacar también la elección de Ezcurra como ponente.
El conflicto de las primarias
El otro tema espinoso es la reforma de los estatutos para revisar el sistema de primarias. Ayuso, de momento, ha evitado pronunciarse, mientras que Moreno y el presidente de Murcia, Fernando López Miras, han defendido la necesidad de cambiarlo, en línea con la petición de Feijóo. El presidente del PP es partidario de eliminar la doble vuelta para elegir al presidente, de manera que los militantes sean los que eligen a los compromisarios y estos últimos los que votan al presidente, además de apostar por un endurecimiento de los requisitos para poder ser candidato.
Algunos interpretan que es una forma de entregar mayor poder al aparato del partido, lo que podría favorecer en el futuro las aspiraciones que pueda tener Juanma Moreno frente a Díaz Ayuso, al asumir que la militancia está del lado de la presidenta de Madrid mientras que los dirigentes lo estaría de parte del andaluz. La propia Aguirre, para eludir disputas internas, parecía renunciar a su lema de "un militante, un voto" al ser preguntada por si es partidaria de eliminar las primarias: "No sé qué decirle, algunas veces han funcionado y otras, no"; se discutirá en la ponencia de estatutos", dijo.
La mayoría de dirigentes, en cualquier caso, opina que el congreso de 2018 en el que fue elegido Pablo Casado supuso la fractura del partido en tres, después de que la derecha ya se hubiera partido a su vez en tres partidos. Un trauma del que los populares todavía se recuperan y que intentan que no se vuelva a repetir a toda costa, de ahí que una gran parte del partido sea partidario de revisar las primarias para volver al sistema anterior. A pesar de los nervios previos a la cita de julio, hay cierre de filas con Feijóo y será difícil que pueda haber fisuras.