
Henri Parot, uno de los terroristas más sangrientos de ETA, recibirá su tercer permiso penitenciario. Condenado a 4.794 años de prisión por su participación en 26 atentados con un saldo de 82 asesinatos, Parot cumple condena desde 1990. A sus 67 años, ya ha cumplido 35 años en prisión. Hasta ahora, había disfrutado de dos salidas breves (menos de dos días) autorizadas por la dirección de la cárcel de Martutene, en San Sebastián, gestionada desde 2021 por el Gobierno vasco (coalición PNV + PSOE) tras la cesión de competencias penitenciarias acordada por el PSOE y los herederos de ETA. El tercer permiso ha sido aprobado ahora por un juzgado de Vigilancia Penitenciaria, lo que para muchas víctimas representa el paso previo hacia la concesión del tercer grado. Toda esta información ha sido adelantada por el diario El Correo.
Henri Parot fue uno de los miembros del comando más sanguinario de ETA, que operó durante los años 80 bajo las órdenes directas de la cúpula etarra. Su detención en abril de 1990, cuando intentaba colocar un coche bomba con 300 kilos de explosivos en Sevilla, permitió esclarecer una larga cadena de atentados. Entre ellos destaca el ataque contra la casa cuartel de Zaragoza (1987), que provocó 11 muertes, entre ellas cinco niños, o los asesinatos del teniente general Guillermo Quintana Lacaci (1984) y del vicealmirante Cristóbal Colón de Carvajal (1986).
Durante años, Parot formó parte de un comando itinerante compuesto por ciudadanos del País Vasco francés, lo que dificultó su persecución. ETA utilizó este grupo como brazo ejecutor de atentados de alto impacto contra objetivos del Estado durante los denominados "años de plomo".
Doctrina Parot
En 2006, su caso dio origen a la llamada doctrina Parot, que permitía computar los beneficios penitenciarios sobre el total de la condena y no sobre el límite de 30 años de cumplimiento efectivo. Esta fórmula legal impidió durante años que los presos de ETA con múltiples asesinatos salieran antes de tiempo. Sin embargo, la doctrina fue anulada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 2013, abriendo la puerta a la excarcelación de muchos etarras, aunque Parot no pudo acogerse al fallo por sus múltiples condenas.
Desde entonces, ha sido trasladado en varias ocasiones, pero su llegada al País Vasco se produjo hace tres años, como parte de la política de acercamiento impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez con el apoyo de Bildu. Parot fue uno de los últimos etarras beneficiados por esta medida.
A pesar de su encarcelamiento, Parot ha mantenido sus vínculos con el sector más duro de ETA. En 2001, incluso escribió una carta instando a la banda a seguir cometiendo atentados, por lo que fue condenado a once años adicionales por pertenencia a banda armada.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo ha advertido de que este nuevo permiso es el paso definitivo hacia el régimen de semilibertad (tercer grado). Con este movimiento, se consolidaría el proceso por el que el terrorista más letal de ETA comienza a beneficiarse de medidas penitenciarias gracias a la gestión vasca de prisiones, transferida por el PSOE y administrada bajo el acuerdo político con Bildu.
Henri Parot sigue siendo el preso de ETA con más tiempo en prisión. Su nombre, su historial criminal y su persistente falta de arrepentimiento siguen siendo un símbolo del terror que sembró ETA en España durante décadas. Ahora, los permisos penitenciarios y su traslado a Euskadi lo sitúan cada vez más cerca de recuperar la libertad.





