La rueda de prensa de Leire Díez, la fontanera del PSOE en el Hotel Novotel de Madrid ha terminado convirtiéndose en un espectáculo bochornoso difícil de imaginar. Lo que comenzó como un intento de justificar sus polémicas reuniones tras los audios revelados, derivó en una escena caótica con micrófonos abiertos, filtración accidental de su número de teléfono personal y una oleada de burlas en redes sociales.
Todo ocurrió cuando, poco antes de comenzar su intervención, Díez compartió su número de teléfono con un periodista, sin darse cuenta de que los micrófonos ya estaban captando el sonido. El audio fue registrado por los medios presentes y rápidamente se difundió, lo que permitió que miles de personas accedieran a su contacto. Desde ese momento, comenzó a recibir una avalancha de mensajes a través de WhatsApp y otras plataformas.
Muchos de los mensajes tenían un tono irónico, aprovechando el apodo que ha circulado en redes: "la fontanera del PSOE". Algunos ejemplos incluían: "Se me ha roto la cañería del fregadero y me han pasado este número porque recomiendan tus trabajos de fontanería" o "¿Te paso una foto y me das presupuesto? Cuanto antes mejor, guapi, que esto huele a mierda que tira para atrás". Otro mensaje pedía directamente un presupuesto para cambiar el grifo de la cocina. Ante uno de estos mensajes, supuestamente, la afectada respondió: "Llama a tu puta madre", antes de bloquear al usuario.
Algunos mensajes mostraban un irónico apoyo político. Un usuario, por ejemplo, le escribió: "Te mando un selfie para que veas que soy una persona real, de carne y hueso. Un abrazo muy fuerte, mucho ánimo y vamos siempre PSOE, ahora y siempre". Díez habría respondido: "Gracias a vosotras este partido sigue en pie, gracias por el apoyo, pero por favor elimina mi teléfono, ahora mismo estoy bajo mucha presión".
Por si fuera poco el jaleo, en plena comparecencia apareció Víctor de Aldama, señalado en varias investigaciones periodísticas y vinculado a la trama. Su irrupción en la sala añadió tensión al acto, llamando "sinvergüenza" a Díez y dejando a los asistentes atónitos.
En su declaración pública, Leire Díez defendió su papel como supuesta periodista de investigación. Aseguró que sus reuniones formaban parte de una labor periodística legítima y zanjó su discurso con una frase que busca reafirmar su papel público: "Ni fontanera ni cobarde, seguiré con mi trabajo para culminar mi libro como ciudadana libre que ejerce sus derechos".