
Las huelgas y manifestaciones educativas han sido una constante en España en los últimos años. Sin embargo, el conflicto que ha estallado en Asturias en las últimas semanas se ha convertido en un conflicto sin precedentes por dos razones fundamentalmente: primero, porque, en este caso, las protestas van dirigidas contra un Gobierno de izquierdas y, más concretamente, del PSOE; y, segundo, porque el principal problema al que se enfrenta Adrián Barbón ya no son las movilizaciones en la calle, sino la fuerza y la unidad que está exhibiendo un sector en el que, en cuestión de días, ya se ha consumado la dimisión de 88 directores de distintos centros educativos del Principado.
"Y estamos hablando únicamente de centros de Infantil y Primaria, pero ahora mismo hay otros 50 equipos directivos de centros de Secundaria que ya están trabajando en su propio documento", advierte a Libertad Digital Jorge Caro, portavoz de Educación de CSIF en Asturias, sindicato que el pasado 27 de mayo inició una huelga indefinida. No en vano, más allá de las dimisiones, el número total de centros públicos que suscribieron la carta-protesta inicialmente dirigida a Barbón fue de 186.
Desbordado ante el caos y la imagen que esta situación está proyectando, y tras la nueva movilización docente de este domingo, el Gobierno socialista de Asturias se reúne este lunes con los principales sindicatos (ANPE, CCOO, UGT, Suatea y CSIF) para tratar de llegar a un acuerdo que, sin embargo, no se antoja fácil, ya que las medidas que plantean los sindicatos —que piden una equiparación salarial con el resto de España, sí, pero, sobre todo, más recursos humanos— requieren de una elevada inversión.
"El problema es que el Principado de Asturias lleva 20 años quitando dinero de Educación para ponerlo en otro tipo de partidas cuanto menos cuestionables, así que ahora no les queda otra que revertir toda esta situación —insiste Caro—. Y esto no va solo de contentar a los docentes; va de atender al alumnado, a las familias y, por supuesto, de tener una educación de calidad".
La desinversión socialista
A pesar de que los problemas de la educación asturiana no son probablemente los que más han trascendido a los medios de comunicación de ámbito nacional en los últimos años, escuchando a los sindicatos, se constata que la suya es una situación particularmente delicada. Y solo hace falta atender a los ejemplos que el propio portavoz de CSIF pone a LD y que abordaremos a continuación. Sin embargo, la raíz de la misma está en una inversión que, tal y como denuncia el sindicato, "no casa con lo que pregona un Gobierno teóricamente progresista".
"Con la Champions League de Zapatero —dice irónicamente, recordando lo mucho que le costó al PSOE reconocer la crisis de 2007— empezaron los recortes, y aquí todo lo que había recortable se recortó. Entonces, el problema es que, desde entonces hasta el día de hoy, ya no es que la administración no se haya reforzado o no se haya invertido en educación, sino que directamente se ha desinvertido", denuncia el portavoz de CSIF.
Y para muestra, un botón: "Ahora mismo el presupuesto para Educación viene a ser como el 0,1% más que en 2007. De ahí se han quitado más o menos unas 1.800 plazas en total, pero, además, se han asumido un montón de servicios más, como las famosas escuelas de 0 a 3 años o las clases de llingua asturiana —apunta en referencia a una de las polémicas más sonadas de los últimos años—. Es decir, que no solo no hay más dinero, sino que hay que repartir entre muchas más cosas".
"Lo peor pagados de toda España"
Con todo, el salario de los docentes asturianos dista mucho de equipararse al de los profesionales del resto de comunidades autónomas: "Somos los peor pagados de toda España". Y, aunque eso no es lo que más les preocupa, los datos hablan por sí solos. Las diferencias con País Vasco y Navarra son abrumadoras, pero para que nadie utilice la excusa de sus particularidades, en CSIF se comparan con Cantabria, una comunidad cercana y similar a la suya.
"La diferencia de complemento específico con Cantabria a día de hoy es de 286 euros al mes, pero es que a los cántabros ahora mismo les van a subir otros 200 euros, así que eso quiere decir que, a los seis años de empezar a trabajar, un cántabro habrá ganado 40.000 euros más que yo —denuncia Caro—, pero es que un navarro, en 10 años, me saca 100.000 euros más o menos, y yo con eso aquí me compro un piso".
De ahí que los sindicatos consideren que la subida de entre 105 y 170 euros que les ha planteado Barbón son una tomadura de pelo. Aun así, insisten, lo que les mueve ya ni siquiera es el salario, que también, sino la elevadísima carga de trabajo y la falta de medios, que afecta directamente a alumnos y familias.
Barbón tira de reciclaje
El Gobierno del socialista Adrián Barbón ha puesto hasta ahora varias propuestas sobre la mesa para tratar de llegar a un acuerdo. Sin embargo, para CSIF, se caen por su propio peso. "En principio, han dicho que van a invertir 3 millones de euros para liberarnos de burocracia y eso es mentira; los 3 millones de euros de los que nos hablan ya estaban comprometidos desde el año pasado y, por lo tanto, esos 3 millones son falsos", denuncia Caro.
Se trata de una estrategia a la que el propio Gobierno de Pedro Sánchez recurre de manera habitual para salir al paso de otros problemas: rescatar anuncios de medidas ya comprometidas y presentarlas como nuevas para transmitir la sensación de que el Ejecutivo mueve ficha.
La escandalosa falta de personal
Por otro lado, el equipo de Barbón ha anunciado la contratación de 30 administrativos. "30 administrativos en 3 años —puntualizan desde CSIF—. Es decir, 10 administrativos por año para las necesidades más o menos de unos 370 centros. Si tengo 10 administrativos y los tengo que dividir entre 370 centros. ¿Por dónde troceamos? ¿Cuál es el pedazo de administrativo que le toca a cada uno?".
Y, a juzgar por el panorama que perfila Caro, la situación es surrealista: "Cuando tú y yo íbamos al colegio, probablemente te encontrabas con un administrativo, que era el que cogía los papeles y las matrículas, por ejemplo. Pero ahora, en Asturias, todo esto lo hace el maestro: si hay que cursar becas, lo hace el maestro; si necesitas unos papeles especiales para el juzgado, para el Registro o para lo que sea, lo hace el maestro; la gestión del comedor escolar, la hace el maestro; los contratos de obra menor, los gestiona el equipo directivo o el maestro de turno; si hay que ir a comprar magdalenas al supermercado, porque en el plan de desayunos tú tienes que darle de desayunar a unos críos y no hay nada en el centro, lo hace el maestro; como no hay conserjes ni bedeles en la mayor parte de los centros, si pasa algo y hay que ir a abrir por la mañana para que el del gasoil cargue la caldera, lo hace el maestro o el director. En fin… ¿Cómo no vamos a estallar?".
Y lo mismo sucede con otra de las medidas estrella que Barbón ha puesto sobre la mesa: la contratación de 300 PT (maestros de Pedagogía Terapéutica) y AL (maestros de Audición y Lenguaje). "Tampoco tocamos ni siquiera a un PT o un AL por centro, así que… ¿Por dónde troceamos? ¿Por la axila o por la rodilla?", se pregunta irónicamente.
Estadísticas con trampa
En otro orden de cosas, los docentes asturianos se quejan de las elevadas ratios que soportan sus centros. "Nos dicen que la ratio es de 9 niños por aula, pero claro, el problema es que aquí hay muchas zonas rurales y claro que hay centros en los que igual hay incluso 3 niños por aula que, lógicamente, al hacer la media, bajan la ratio, pero luego hay colegios completamente desbordados con 28 niños por clase —denuncian desde CSIF—. Y, por tanto, tenemos una estadística estupenda, sí, pero tramposa".
Así, Caro cuenta, por ejemplo, el caso de un maestro de Oviedo que empezó el curso con 24 niños, de los cuales, 3 tienen necesidades educativas especiales y otros cuatro, necesidades educativas específicas (no asociadas a un síndrome o enfermedad, pero que exigen adaptación curricular). En Semana Santa, le llegaron dos ucranianos y un palestino que, al tener menos de 9 años, no tienen apoyo. "Pues que me digan a mí cómo gestionas esto si no tienes apoyos lingüísticos y si no tienes un mayor dotación de personal de ningún tipo y simplemente te los ponen en el aula y te dicen que tires", insiste indignado Caro, que asegura que, lejos de ser un caso específico, es más común de lo que pensamos.

