
El Gobierno minimiza el alcance del conflicto de atribuciones anunciado por el Partido Popular ante el Tribunal Constitucional, tras el reiterado bloqueo de iniciativas legislativas procedentes del Senado que, por decisión de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, no llegan siquiera a debatirse en la Cámara Baja. Fuentes gubernamentales dan por hecho que el movimiento encabezado por Alberto Núñez Feijóo no prosperará.
El Ejecutivo se escuda en que el Reglamento del Congreso no fija plazos concretos para justificar la prórroga indefinida del periodo de enmiendas a las leyes aprobadas por el Senado, lo que permite retrasar permanentemente su debate y la apertura del trámite parlamentario en la Cámara Baja.
"El Senado es una Cámara tan legítima como el Congreso e intentar bloquearla es actuar contra la voluntad popular", denunció Feijóo reiterando que la obstrucción de sus iniciativas supone una vulneración del principio de equilibrio entre poderes. Desde el Ejecutivo, sin embargo, se limitan a desestimar la iniciativa, convencidos de que fracasará el filtro del tribunal y aseguran que el reglamento de la Cámara Baja avala la actuación de la Mesa del Congreso con mayoría de PSOE y Sumar. Con lo que desdeñan la acusación de "fraude de ley" que denuncia el principal partido de la oposición.
El Gobierno, lastrado por la debilidad parlamentaria, acumula fracasos legislativos que evidencian de forma sistemática su incapacidad para sacar adelante iniciativas en el Congreso. El traspaso de competencias en inmigración a Cataluña, la reducción de la jornada laboral o el decreto ‘antiapagones’ son solo algunos ejemplos de las derrotas a las que se ha enfrentado el Ejecutivo. La renuncia a presentar los Presupuestos Generales del Estado, que previsiblemente volverán a prorrogarse por tercer año consecutivo a partir del 31 de diciembre, constituye la prueba más elocuente de esta parálisis.
El choque institucional se produce en un contexto marcado por la creciente tensión entre ambas cámaras, en el que el Senado, con mayoría absoluta del PP, ha endurecido su papel como contrapeso político al Gobierno.

