
Podemos no ha podido aguantar la presión interna para sostener el órdago al Gobierno en el Real Decreto para el embargo de armas a Israel. Después de que Ione Belarra calificara la iniciativa de "fake", "electoralismo barato", "titular propagandístico" o "vergüenza", la formación ha optado por apoyar la iniciativa después de intentar mantener la intriga hasta el final rechazando desvelar su voto hasta pasado el mediodía.
La líder de los morados incluso argumentó que no les servía con tramitarlo como Proyecto de Ley para poder después introducir enmiendas porque era una práctica habitual a la que recurría el Gobierno para lograr sacar adelante decretos que después "dormían el sueño de los justos". Ahora, sin embargo, a Podemos le sirve un texto que lleva semanas descalificando, incluso después de que Junts anunciara que votaría a favor.
Sin embargo, el voto de los de Carles Puigdemont cambió por completo el escenario. Podemos se enfrentaba a una foto difícil de digerir al colocarse junto a PP y Vox en el rechazo a esta iniciativa. El propio portavoz de ERC, Gabriel Rufián, les advertía de que iban a tumbar un embargo que, aunque deficiente para la izquierda, podía permitir "salvar aunque sea a un sólo palestino".
Belarra da marcha atrás en las duras palabras que pronunció incluso en el debate de la medida, cuando acusó al Gobierno de ser "cómplice del genocidio" y le reprochó enviar una fragata para apoyar a la flotilla de Gaza y después "abandonarla cuando más la necesitaban". Una cascada de críticas que quedan ahora aplacadas, pese a que el texto no ha sufrido ni una sola modificación.
Ambas partes admitían ya esta mañana que estaban manteniendo contactos, por primera vez, para intentar acercar posturas. El acercamiento del Gobierno en el último momento hacía augurar que podía haber un cambio de postura en Podemos, como finalmente ha sucedido. No es la primera vez que ocurre ni, seguramente, será la última, pese a la permanente amenaza de hacer caer al Gobierno.

