
El problema de Carlos Mazón empieza a enquistarse en el PP. Lo ocurrido en el funeral de la dana echa leña a un fuego avivado los últimos días por sus contradicciones sobre el día de la catástrofe. La situación empeoró cuando el presidente valenciano abrió la puerta a su posible dimisión. En el partido crecen las voces que piden solucionar ya este asunto.
El presidente del PP reúne el lunes al Comité Ejecutivo Nacional, con presencia de los líderes autonómicos, y podría producirse algún anuncio, previsiblemente consensuado con Mazón, para calmar las aguas y evitar que la situación se descontrole en un momento especialmente delicado para el partido.
De momento se descartan dimisiones, entre otras cosas porque dejarían sin aforamiento al presidente valenciano y a expensas de la juez del caso. Sí podría anunciarse que no repetirá como candidato, aunque el secretario general del PP, Miguel Tellado, dijo el jueves por la noche en Cope que no es "momento" de hablar de candidaturas.
Cambio de guion
Horas después, en una rueda de prensa en el Congreso, la portavoz parlamentaria, Ester Muñoz, modificaba el discurso mantenido hasta ahora por la dirección nacional, de hablar siempre de la reconstrucción, y decía que "de la misma forma que el partido decide quién es el candidato en unas elecciones, la dimisión de un cargo público es personal, y es el señor Mazón el que debe decidir cuál es su futuro político".
Es la primera vez que se abre la puerta en público a que pueda dejar su cargo, instándole casi a que lo haga. Y es que en el PP los nervios son máximos. A las puertas de que se inicie el ciclo electoral, los barones regionales temen que la campaña se centre en este asunto que "nos hace daño", según admiten cada vez más cargos del partido.
El ciclo electoral
Cualquier movimiento en falso puede torcer las expectativas de María Guardiola en Extremadura, Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León o Juanma Moreno en Andalucía. La presidenta de Baleares, Marga Prohens, decía en Es la Mañana de Federico de esRadio que "lo que pasó en Valencia nos tiene que llevar a reflexionar a todos".
Un ejemplo de hasta qué punto el PP se enfrenta a una bomba de relojería es lo ocurrido en plena comparecencia de Pedro Sánchez en el Senado. Cuando todas las miradas se dirigían hacia el interrogatorio del presidente del Gobierno en la comisión Koldo, Mazón irrumpió de nuevo anunciando una comparecencia que dio alas a la dimisión.
Su equipo tuvo que salir a precisar que se refería a las comisiones de investigación de las Cortes valencianas y el Senado, y el propio presidente valenciano rebajó después las expectativas. La bala tantos meses guardada por el PP contra el Gobierno a punto estuvo de irse al traste. La imagen de debilidad dada también en el funeral, deja muy tocado al partido.
El factor Vox
Para añadir más presión todavía, el presidente de Vox, Santiago Abascal, escribía un mensaje en X contra el "linchamiento" del Gobierno a Mazón pero señalaba también al PP. "Qué pena y qué vergüenza contemplar a todos los suyos atemorizados ante Sánchez, incluso algunos de ellos sumándose al linchamiento", decía, hurgando en la herida y preparando el terreno ante posibles movimientos.
El entorno del presidente valenciano, que hace días veía opciones de que Mazón repitiera, tal y como contó Libertad Digital, asume con resignación que su futuro parece sentenciado, aunque piden no someterlo a un calvario. En el PP valenciano sigue pesando lo ocurrido con Rita Barberá o Francisco Camps y el abandono que sufrieron. El riesgo de partir al partido y de que Vox crezca todavía más, dificultan cualquier decisión.

