Carlos Mazón ha anunciado desde el Palacio de la Generalidad valenciana que dimitirá como presidente de la Comunidad, sin confirmar cuándo lo hará efectivo. Fuentes del gobierno valenciano trasladan a Libertad Digital que la firmará "en los próximos días", lo que le da margen para decidir próximos movimientos, incluida la posibilidad de coger una baja médica que dejaría el cargo en manos de la vicepresidenta, Susana Camarero, sin pasar por una investidura.
El anuncio se ha producido en una comparecencia sin preguntas que ha adornado durante varios minutos iniciales para reivindicar que lo ocurrido el 29 de fue un "tsunami inimaginable", que le parecía "frívolo" hablar de su futuro y defender que el gobierno ha estado "solo". "Han sido meses durísimos", "ya no puedo más", ha defendido.
El presidente ha hablado durante más de 15 minutos en los que se ha presentado como víctima, antes de confirmar su decisión: la de dejar su puesto y que las Cortes elijan a otro presidente, aunque ha evitado pronunciar la palabra "dimisión" y no ha aclarado si mantendrá el acta de diputado.
Tampoco ha concretado los plazos para su sustitución, ni ha dado a conocer el nombre de su sucesor, que el PP deberá consensuar con Vox, dado que sus votos son necesarios para una nueva investidura. Santiago Abascal lleva días mostrando su disconformidad con la marcha de Mazón.
"Ruido, bulos, crueldad y campaña contra mí"
"El ruido que hay alrededor de mi persona es la excusa del Gobierno para asumir responsabilidades", ha dicho para justificar que su decisión se produzca un año después de la tragedia, en un momento especialmente delicado, con la declaración de la periodista Maribel Vilaplana prevista para este lunes.
"Tras estos días desgarradores, crispados y crueles, quiero compartir la reflexión que llevo haciendo desde la riada, es momento de reconocer los errores propios, que me sitúan en el centro de la crítica política como máximo responsable de la Generalitat valenciana", ha dicho, pasando a enumerar esos "errores con los que voy a vivir toda la vida, aunque no fue por cálculo político o mala fe", ha afirmado.
Entre ellos, según ha relatado, "permitir que se generaran bulos por no dar explicaciones a tiempo, no pedir emergencia nacional y, sobre todo, mantener la agenda de ese día", aunque ha defendido que era "inimaginable" pensar que fuera a ocurrir lo que sucedió. "Debí tener la visión política de cancelar mi agenda y desplazarme" a las zonas ya inundadas, ha asegurado, admitiendo que transmitió la imagen de estar "ajeno a la tragedia".
Defiende a su gobierno
El presidente ha defendido, no obstante, que ha habido una "campaña brutal contra mí en la que han llegado a llamarme asesino". "Una excusa para tapar los tremendos fallos que tuvieron las agencias del Gobierno", al que ha acusado de "aprovechar la muerte y la tragedia para hacer política". "Yo no voy a poner ninguna excusa", ha rematado.
"Las heridas materiales se están curando", ha dicho Mazón, que ha advertido de que la tragedia "podría volver a ocurrir". El presidente valenciano ha admitida, eso sí, que "quedan cosas por hacer", algunas "escandalosas" como las del Barranco del Poyo, y ha elogiado la labor de sus cargos, incluido el general Gan Pampols, y ha agradecido a los Reyes su apoyo y cariño con la Comunidad valenciana.

