
Pedro Sánchez ha decidido hacer oídos sordos al estallido público de indignación de Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda, inmersa en su intento más evidente de distanciarse políticamente del PSOE, proclamó este jueves en La Sexta que está "harta de puteros" y exigió una "reformulación radical" del Gobierno. Pero en Moncloa la respuesta ha sido inmediata y contundente: no habrá cambios y el presidente piensa mantener el rumbo hasta 2027.
"Lo que está pasando es muy grave. ¡Basta ya! Es la corrupción, son los puteros, el machismo… ¡es que no se puede más!", denunció Díaz en un tono crispado, pero lejos de cualquier tipo de iniciativa real para descabalgar a su socio del Gobierno. De hecho, evitó responder sobre una hipotética convocatoria electoral. La vicepresidenta segunda ha pedido explicaciones al presidente y una remodelación "radical" del gabinete.
Los partidos que conforman el espacio Sumar dicen que siguen "con especial preocupación" el rosario de presuntas corrupciones y acosos sexuales de sus socios de Gobierno, pero afirman que no van a hacer valoraciones hasta conocer "las acciones que el PSOE debe acometer con contundencia y urgencia", en línea con la petición de Yolanda Díaz.
Moncloa resta importancia a la tormenta de Díaz
La reacción en el entorno del presidente ha sido la de ignorar a Sumar. Según informa eldiario.es, Sánchez mantiene su intención de agotar la legislatura y descarta cualquier crisis de Gobierno más allá del relevo obligado por la salida de Pilar Alegría, candidata socialista en Aragón. Nada más.
En Moncloa califican las declaraciones de Díaz como comentarios "en una tertulia" y aseguran: "No nos lo planteamos". Insisten en que ningún miembro actual del Ejecutivo está vinculado con casos de corrupción y recuerdan que Sánchez ya apartó en su momento a figuras como José Luis Ábalos o Santos Cerdán.
Fuentes socialistas admiten, eso sí, el malestar con la líder de Sumar por alimentar lo que consideran "un debate sucio" que "siembra desconfianza" sobre el conjunto del gabinete. Con todo, la consigna es clara: "sin dramas".
