El problema es la calle que se llena de pañoletas arafats y salen en los medios rápido. Y
esto cuenta mucho más que lo diga un tecnócrata.
Hamás es como un alfiler en el cuerpo de un elefante. El problema es que no se erradicará
jamás y ningún país puede quedarse sin responder.
La solución sería la deportación masiva a sus lugares de origen de todos estos fanáticos:
Siria y Jordania, básicamente. Ahora es tarde. Se debió hacer en el 67, cuando se ganó la
primera guerra de exterminio. En el 73 también. Ahora es tarde.
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