Después de mí, el diluvio.

En las profecías de no importa quien, se trataba, o así, de que en política estaba casi todo inventado, y que para saber lo que a unos y otros nos iba a pasar, no había mas que consultar a la adivina aquella que antes en los parques, y ahora en innumerables cadenas de televisión, responden con verdades incontrovertibles, dejándonos sólo la lectura de sus palabras "Sí, pero por ahora no".

Decía Indro Montanelli, gran periodista Italiano, que España tenía la suerte de saber su futuro, sólo debía ver lo que sucedía en Italia tres o cuatro años antes, y saber cuando aplicarlo, sí pero por ahora no, pero pasarnos, seguro que nos pasa.

En teoría, después de una época de transición de la dictadura a la democracia, y unos cuantos fiascos producidos por el comportamiento de unos y de otros, vendría un desencato general, que daría paso al populismo decimonónico, que ya conocíamos.

Lo de Berlusconi en Italia, me ha recordado a lo que mi abuela me contaba de los caciques, que sabían repartir para conservar la parte del León, y que ayudados por esa pandilla de maniobreros y comemierdas, se eternizaban en sus cargos.

Ni mas ni menos, está pasando eso en España, sólo que son los partidos los caciques, y sus cabezas esos Brelusconis de turno, a los que les importa la nación una higa, después de mí el diluvio, suelen pensar, y su patrimonio cae por el retrete después de miccionar.

Hay casos de populismo, que nunca se han marchado de nuestro pais, y que siguen constituídos a la "ancienne manière", y eso sos son los nacionalismos , porque alguien puede valorar el patriotismo de esos Berlusconis, que están dispuestos a cargarse esa nación que dicen amar, y que después de ellos, tirarán de la cadena, y vuelta a empezar, por que la materia primas sigue ahí, y sólo hay que conmocionar sus sentimientos dolídos.