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EL PAJARITO

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EL PAJARITO
Enviado por Rigel_ el día 1 de Junio de 2013 a las 22:06
No se extrañen del título, "el pajarito" tiene nombre y apellidos y ha sido famoso por muchas"vicisitudes" (ironía) que él mismo protagonizó con otros pájaros de cuenta no menos siniestros que él.
Les dejo con un buen artículo para publicado en La Vanguardia y que no ha sonado mucho no vaya a ser que la "patria y los patriotas nacionalistas" catalanes queden como lo que son.


Carta de un Catalan al heroe Lluis Companys. El verano sangriento del 36
Publicado en 07/01/2013 de LaVerdadOfende

Sobre Lluís Companys

Tengo en mis manos un artículo publicado en Catalunya Cristiana el pasado 15 de julio, donde se hace referencia a la muerte de Lluís Companys. Para un católico y catalán como yo, y también para miles de cristianos y catalanes que recuerdan el año 1936, la figura de Lluís Companys es la de un político nefasto y detestable.

El 6 de octubre de 1934, cuando se rebeló con las armas contra un gobierno legalmente constituido, sus colaboradores asesinaron la misma noche a Mn. Josep Morta, párroco de Navàs, incendiaron el templo parroquial, al igual que también quemaron y profanaron los templos de Vilafranca del Penedès, Morell, Vilanova i la Geltrú, Castellvell de la Marca y Sant Jaume dels Domenys.

El 20 de julio, Companys proclamó la revolución por radio y en el discurso del 20 de diciembre confirmó las estructuras anarcomarxistas. Durante sus treinta y dos últimos meses de gobierno hasta que huyó por la Vajol, todos los templos de Cataluña estaban cerrados al culto, profanados y quemados los altares y las imágenes. Las escuelas cristianas fueron usurpadas y perseguidos a muerte muchos sacerdotes, religiosos y gente de bien. También se incautaron fábricas y bienes.

Los jueces que firmaron la sentencia de muerte de Companys siguieron la misma dureza de cuando Companys firmó el fusilamiento de 190 militares de graduación en Barcelona en 1936. Asimismo, Companys firmó un gran número de penas de muerte, entre otras, las de Sara Jordà, madre de nuestra amiga Rosa Maria Tutau, de Figueres.

Cataluña no fue vencida, como se afirma en el artículo. Lean, por favor, las memorias del beato Pedro Tarrés, vicepresidente de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña. Este santo catalán considera el día más feliz de su vida la derrota del ejército rojo en Barcelona con la esperanza de que se volvieran a abrir los templos clausurados y que Montserrat renaciera con todo el gozo bajo el canto del “Rosa d’abril”.
Comité Central de las Milicias Antifascistas de Cataluña, con el presidente de la Generalitat, Lluis Companys, Josep Tarradella, Aurelio Fernández... de mayoría anarquista. La represión en Cataluña será brutal. Las milicias actuarán con una arbitrariedad inconcebible, como atestigua el caso de unos novios que fueron detenidos mientras contraían matrimonio; en el mismo acto fueron asesinados los novios y el sacerdote. El número de sacerdotes y religiosos asesinados en Cataluña, en las primeras semanas de guerra, suman 651; después habrá más...

Comité Central de las Milicias Antifascistas de Cataluña, con el presidente de la Generalitat, Lluis Companys, Josep Tarradella, Aurelio Fernández… de mayoría anarquista. La represión en Cataluña será brutal. Las milicias actuarán con una arbitrariedad inconcebible, como atestigua el caso de unos novios que fueron detenidos mientras contraían matrimonio; en el mismo acto fueron asesinados los novios y el sacerdote. El número de sacerdotes y religiosos asesinados en Cataluña, en las primeras semanas de guerra, suman 651; después habrá más…

Francesc A. Picas (La Jonquera)

Leo la entrevista al Sr. Miquel Mir, autor del libro: “El preu de la traïció. La FAI, Tarradellas i l’assassinat de 172 maristas” (El precio de la traición. La FAI, Tarradellas y el asesinato de 172 maristas). Tuve que leerla dos veces y volver a mirar el anagrama de “Catalunya religió” porque no me lo podía creer. Hasta llegué a pensar que lo había soñado como consecuencia de los calores veraniegos que provocan insomnio por las noches y que nos hacen hacer alguna cabezadita durante el día. Luego me fijo que la entrevista provenía de Catalunya Cristiana, y deduzco que los redactores de turno de verano de Catalunya Religió debían haber recibido consignas de Jordi Llisterri antes de irse de vacaciones, de que todo lo que salía en Catalunya Cristiana desde la llegada de Mn. Jaume Aymar a la dirección, era de fiar.

Pues a Mn. Aymar también se la han colado sus redactores aprovechando las vacaciones. Porque no es comprensible ni de Aymar ni de Llisterri que se publique una entrevista en la que se deje por los suelos a dos presidentes de la Generalitat de Esquerra Republicana como son Lluís Companys y Josep Tarradellas, especialmente el primero que es considerado como el presidente mártir y gran heroe de Cataluña. No olvidemos que Esquerra Repúblicana está en el gobierno catalán, que el vicepresidente Josep Lluís Carod Rovira es el que controla las cuestiones religiosas y que la Directora General de Asuntos Religiosos de la Generalitat es también del partido de Companys y Tarradellas. Es decir que son los que les pagan y dejan a sus líderes históricos a pisar de los caballos.

El objetivo del libro es recuperar “la memoria histórica” de aquel cruel asesinato de 172 maristas, después de haber sufrido la persecución, el chantaje y la traición a la institución marista que pagó 200.000 francos franceses por su rescate pero que una vez pagados el dinero voló pero los maristas no volvieron nunca sino que fueron asesinados. Los datos del libro no pueden ser más claros: “El dinero del rescate fue cobrado por Aurelio Fernández, jefe del Departamento de Investigación y de las Patrullas de Control, y secretario general de la Junta de Seguridad Interior de la Generalitat, que los entregó a Josep Tarradellas, entonces conseller de Finanzas y conseller primero de la Generalitat”. Posteriormente Aurelio Fernández fue conseller de Sanidad y Asistencia Social de la Generalitat en el gobierno de Lluís Companys.

El libro también desmiente la versión oficial de que los causantes de las 8.352 victímas de la violencia revolucionaria, eran anarquistas e incontrolados. Nos dice el autor: “en la violencia revolucionaria tuvo una parte importante la CNT-FAI, pero también gente de Esquerra Republicana, gente del PSUC y gente del POUM. Que toda esta gente también participó en la violencia revolucionaria y que mientras duraron las detenciones y confiscaciones, había un gobierno de la Generalitat presidido por Lluís Companys y con Josep Tarradellas como jefe del Ejecutivo. No eran un grupo de incontrolados, sino que en el fondo todos querían hacer una revolución. Hay que decir que las Patrullas de Control estaban constituidas por miembros de todos los partidos de izquierdas: CNT-FAI, PSUC, POUM y ERC”.

Si tenemos en cuenta que el PSUC es el origen de Iniciativa per Catalunya, tercer socio del gobierno tripartito, la verdad es que el actual gobierno izquierdista de Cataluña no puede quedar peor por lo que se refiere a sus antepasados. Mientras el autor del libro asegura haber recibido amenazas de sectores anarquistas pero también “tarradellistas” resulta que las publicaciones de Aymar y Llisterri colocan esta entrevista alegremente en sus respectivos medios de comunicación.
Atacan un monumento que homenajea a doce carmelitas asesinados en la Guerra Civil

El verano sangrienteo del 36
La mayoría de los dirigentes de las patrullas de la muerte rehicieron sus vidas en el exilio

“Catalunya no puede convertirse en un charco de sangre. Catalunya no quiere llevar encima la mancha de canibalismo de los pueblos primitivos y salvajes“, proclamaba La Vanguardia, confiscada por la Generalitat, el 1 de agosto de 1936, ante la violencia revolucionaria desatada por las milicias de partidos y sindicatos tras el 18 de julio, presididos por Lluis Companys, de ERC.

La República empezó a perder la guerra – la batalla de la imagen exterior y el apoyo de la ciudadanía moderada- aquellos días. Los nuevos documentos hallados en un piso de Londres por el archivero Miquel Mir, informes de la FAI que no fueron entregados al archivo de Amsterdam por ser los más comprometidos con sus propietarios, aportan nueva luz sobre lo que sucedió en Barcelona desde julio de 1936 hasta mayo de 1937, cuando los estalinistas ajustaron cuentas con anarquistas y trotskistas. A la documentación del piso de Kensington-Chelsea (Diari d’un pistoler de la FAI, Destino), Mir suma los papeles que los familiares de los faístas le han facilitado.

El historiador Solé i Sabaté contabiliza 65 asesinatos diarios entre julio y septiembre de 1936, la mitad de los cometidos en toda de la Guerra Civil (8.352). Aunque la responsabilidad es múltiple, buena parte de ellos correspondió a las patrullas de control dirigidas y con mayoría de miembros de la FAI (25%-30% para CNT-FAI, 10%-15% ERC, 10%-15% UGT, 3%-5% el POUM y, desde agosto, también el PSUC). Cobraban de la Generalitat 12 pesetas al día.

El botín de las requisas a iglesias y casas particulares iba a la Conselleria d’Economia y otra parte era sustraída por miembros de las patrullas. Las piezas eran ocultadas en almacenes de Poble Sec, fundidas en lingotes o vendidas a bajo precio en el sur de Francia, adonde acudían mercaderes de toda Europa e incluso enviados del Vaticano para recuperar objetos litúrgicos. Aún otra parte quedó a disposición de dirigentes exiliados, mientras algunas de las cuentas abiertas en Suiza para la compra de armas alemanas siguieron a su disposición.

Del estudio de las 742 órdenes de detención de las patrullas de control se desprende, según Mir, que, aparte de religiosos, militantes de la Lliga, empresarios, carlistas, falangistas o de la CEDA, muchos fueron asesinados sólo por ser catalanistas, jóvenes cristianos o por venganzas personales. Entre las profesiones: maquinista impresor, agente comercial, profesor de la escuela de ingenieros, farmacéutico…

Escalofriante es la frialdad burocrática: “Viaje de siete detenidos al cementerio de Moncada. Cuatro a la fábrica de cemento”. Además de los paseos de la muerte, los patrulleros habían ideado un macabro sistema para hacerse con dinero y joyas que habían escapado de sus requisas: pactaban con los familiares del detenido su liberación a cambio de una suma. Una vez entregado el rescate, subían a los presos, sin esposar, a un auto, escoltado por otros dos camino de Francia. Siempre de noche. Al llegar a Montcada, les invitaban a hacer un alto para estirar las piernas y allí los ametrallaban. Para que el descubrimiento de los cadáveres no echara a perder su treta, los llevaban a la fábrica de cementos de Montcada que se puede ver aún hoy humeante a las puertas de Barcelona y allí trituraban sus cuerpos y después los incineraban en el horno. Tras mayo de 1937, el juez Bertran de Quintana incoó un proceso sobre los cementerios clandestinos.

Después del 24 de julio, Durruti marchó con su columna a Zaragoza y dejó el orden público en manos de Joan García Oliver, quien delegó la máxima responsabilidad en su hombre de confianza (terrorista de Los Solidarios y Nosotros) Aurelio Fernández. La cúpula se completaba con Dionisio Eroles, Josep Asens y, como cerebro, Manuel Escorza del Val, a quien García Oliver -que llegó a ser ministro de Justicia- utilizó por su eficacia en el espionaje y la represión, a pesar de calificarle de “tullido de cuerpo y alma”. Parecía un personaje de novela de Víctor Hugo.

Una poliomelitis infantil le produjo una parálisis permanente y una atrofia que explicaba su corta estatura. Utilizaba alzas en los zapatos y muletas. Los historiadores resaltan un carácter agrio, una voluntad férrea y un orgullo extremado: no permitía que nadie le ayudara a moverse. Al acabar la guerra se refugió en Valparaíso (Chile), donde vivió con su mujer y dos hijas (una de ellas, una poeta reconocida), logrando fama de crítico (teatro, cine y literatura) temible por sus juicios afilados. Sus reseñas le valieron el premio Camilo Henríquez, el fraile dramaturgo. Murió en 1968, a los 56 años.

Dionisio Eroles Batlló, jefe de Servicios de la Comisaría General de Orden Público (Via Laietana), logró huir a Montauban (Francia) en 1939. Al parecer fue ejecutado en 1941 por los anarquistas del grupo Ponzán, que actuaba en la frontera, al negarse a revelar dónde escondía su botín. Encontraron su escondite y enterraron su cuerpo en algún lugar de los Pirineos.

Aurelio Fernández, jefe del departamento de Investigación y Patrullas de Control (Corts Catalanes, 617) y secretario general de la Junta de Seguridad de la Generalitat, se exilió con García Oliver a Francia y vivió en Puebla (México) con su joven mujer hasta su muerte en 1974.

Josep Asens, responsable de las patrullas (hotel Oriente), vivió en Francia bajo identidad falsa (Mariano Ojeda) y murió en Annecy en 1985.

Por Josep Massot, hoy en La Vanguardia


http://laverdadofende.wordpress.com/2013/01/07/carta-de-un-catalan-a-lluis-companys-erc-hoy-gobiernan-cataluna/
Muy interesante,Pena que etos pasajes de la Historia de España los han borrado de los libros de texo los socialistas y los han ocultado a todos... Por algo será.....
Enviado por opinando el día 2 de Junio de 2013 a las 00:45
Y todo esto también es muy interesante. Para entretenerse leyendo un poco de la iniestra historia del Socialismo....++++
Enviado por opinando el día 2 de Junio de 2013 a las 00:48
Un día deberíamos ir a La Pedrera en Passeig de Gracia y mostrar un cartel a los extranjeros explicando que en ese edificio que visitan, los anarcocatanazis asesinaron y torturaron en el 36...+++
Enviado por ceroabso el día 2 de Junio de 2013 a las 05:41
Decirles a los extranjeros la verdad simple y clara...

"When you enter in "La Pedrera" remember that you
feet are walking on blood. Blood on the floor in the
name of democracy, in the name of the Republic of
Catalonia. Torture and assasination where performed
here in 1936"