Hay que ver la tinta que se está(+)

invirtiendo en esta nueva comparsa de la política que está respondiendo al nombre de
podemos. Y tengo la impresión que una mayoría localiza el nombre en el verbo poder,
en concreto la primera persona de plural del presente de indicativo. No he abundando
gran cosa en los pormenores de la mencionada comparsa, me parece que basta con
pararse en algún que otro perfil para quedar impuesto del sonido que nos trae, me
refiero a lo que suena. Al final llego a la conclusión que no es el verbo poder el que
conjuga, sino el verbo podar en la primera persona de plural del presente de
subjuntivo. Es más, el indicativo nos indica algo condicional, sin embargo el subjuntivo
es subordinación. Me explico. La ideología asesina comunista se vale, para su
identificación, de una hoz y un martillo; con la hoz se puede segar, pero también podar.
La historia nos enseña que el comunismo, efectivamente, ha segado, podado, cabezas
a millones toda su existencia, es como su deporte favorito. Lo de subordinado les viene
al pelo porque otro deporte que siempre han practicado es el sometimiento, la
persecución, la tortura, sometimiento al exterminio. O sea, a los de podemos hay que
asimilarlos al verbo podar. Pido disculpas si no me explico bien. Y feliz año para todos.