se ha puesto ahora a gobernar municipios. En Madrid concretamente la alcaldesa estimaba que actos
como el de esa edil que entró en la capilla de la Universidad Complutense haciendo todo un insulto a
elementales principios constitucionales era para cesarla y ahora cambia de opinión y no hay que
cesarla. Esta alcaldesa por lo que se oye fue juez, pues imagínense como habrá aplicado la justicia.
Pero, en fin, ya Miguel de Cervantes, y hace cinco siglos, también dejó sentado lo de la prevaricación
entre los jueces. O sea que esto viene de lejos.