Un día soleado en Barcelona, temperatura mediterránea, la gente esconde su miedo en la amabilidad, los vecinos se saludan, bon día, buenos dias, feliç nadal, felices fiestas...
El gym está abarrotao de nenas monas y tíos que se empeñan en caber en el smoking del año pasado, la temperatura de la piscina xtraordinaria, y las muchachas siguen peleándose con esos tacones rompe tobillos, lo que les da un aire de fragilidad, que si yo fuera un malvado como algún político de por aquí, me aprovecharía del desequilibrio.