Japonés fási, español, difísi.

Todos los padres de familia numerosa, o los que hayan pertenecido a una, o la conozcan por allegados, sabe que a pesar de ser hijos del mismo padre y la misma madre, ca uno es ca uno, y suelen parecerse unos a otros como huevo a castaña.

Por eso, a la evidente dificultad de armonizar trompetas con platillos, castañuelas con violines o pianos con carracas, se une el que cada uno tiende a tocarlo a "su manera", así que el director hace milagros, o aquello puede llegar a ser insufrible.

Nuestra nación, o para que todos se sienten bien, España, como conjunto de naciones o tribus que la historia se ha encargado de reunir bajo unas leyes, con tradiciones comunes, con un idioma común, con tantas cosas al fín, comunes, requiere que se la coordine bien.

El hecho de pensar que con casarse unos con otros se juntan reinos, que quedan sólidamente soldados entre sí, ha demostrado la falsedad de esa tesis en la historia, aquí, o se hace una ley, como la que se pretendió hacer con la constitución, pero en serio, y se obliga a su cumplimiento por todos y cada uno, y eso requiere liderazgo y autoridad, o bien se tira por la calle de enmedio, y se entran las cabras en el corral, por cojones.

Lo que está claro, es que tratar de contentar a todos, cada día, cada mes y cada año, es muy difícil, hoy se querrían ir, mañana venir, hoy se iría esta región, mañana esta pedanía se querría desgajar de tal pueblo, o tal barrio de tal otro, según les convenzan a sus próceres, que esos seguro que crecerán como hongos, y explicarán su propia historia.

No preconizo yo ahora un testarazo y tente tieso, que eso ya se ha quedado anticuado, pero sí unas leyes firmes, y unos indivíduos que las cumplan y las hagan cumplir; no creo yo que eso sea pedir demasiado, a no ser, que como en Sodoma, no logremos encontrar diez hombres justos, capaces de gobernar este guirigay en que se ha convertido España.

Había una coplilla de esas que daban la tabarra en la radio de los 60/70, y que se llamaba "Lo que a tí te falta es personalidad...", pues eso, que falta una miajita de personalidad, un puñadito de liderazgo, un puñado de patriotismo, y un cominero de cojones, que para cualquier salsa de esas son necesarios ciertos sabores, aunque sean escatológicos.