La funcionalidad de la Jefatura de Estado monárquica.

En un Estado disfuncional como el nuestro, con multitud de gente metida en política para enriquecerse y solucionarse la vida fácilmente a costa de quienes trabajan en el sector privado, la figura de un Jefe de Estado fuera y por encima de la política hace sentido y añade un mínimo de estabilidad, al contrario de lo que sería tener a un enchufado de algún partido manipulando la jefatura de Estado. Me imagino a personajillos como Pujol, González, quien sabe incluso en su día Carrillo y otros oportunistas que buscarían figurar en los libros de historia.

Ello no quita, que los ciudadanos en general esperen de la monarquía y su familia ser los primeros en acatar las leyes y dar ejemplo de honestidad, buen hacer y desdén hacia el dinero fácil y el enriquecimiento indebido utilizando su posición social y política y los contactos y tentaciones del puesto, etc. Nadie espera que solo posean sus prendas y vivan en aposentos del estado, pero de ello a lo que han hecho en estos años desde la transición, no sé si por inclinación o por contaminación de los políticos, es inaceptable.

Los políticos en el gobierno debieran haber disuadido y frenado lo que han hecho, pero como lo van hacer si hacen lo mismo y a gran escala. En este país todo lo contaminan y destruyen todo tipo de control y equilibrio (checks and balances) independiente y profesional, para tener total impunidad y conseguir sus objetivos personales, totalmente ajenos al lo que es una puesto de gobernante

Lo hecho, hecho está y hechos son. Que debieran devolver lo que han 'trincado' indebidamente, bien; que el monarca pague lo que debiera pagar por sucesiones, bien, aunque seguro que no lo hará. Que les juzgue el T.S. u otro tribunal, da igual, el caso es que la justicia se aplique y no se anden con los apaños típicos de este país bananero, donde las leyes están para ser cumplidas por quienes no ostentan poder político y no por quien las hce y vota las diseñan para poder hacer lo que les da la gana impunemente y sin ningún tipo de pena, por incumplir las leyes, que ellos mismos imponen.

El rey debiera tomar ejemplo de su esposa y mantenerse limpio y pulcro, fuera de trapicheos y amistades oportunistas y ser discreto, muy discreto. Es una persona como cualquier otra y tiene sentimientos e impulsos como todos, pero el puesto requiere pulcritud, ejemplo de buen hacer y entender y honestidad, mucha honestidad. Si no, no vale para nada. Es como cualquier político mindundis oportunista que después de cualquier apaño, nominasen Jefe de Estado y el resto de partidos le tuviese como objetivo para destruir, defenestrar e insultar soezmente si no fuese un viejo santón de la izquierda obtusa, irreverente y faltosa.

Así que, empecemos a ser prácticos y prágmáticos y exijamos a cada cual lo que debe hacer para tene y mantenerr una posición pública y que se devuelva lo que haya sido apropiado indebidamente o por engaño.