Me gustó hace tiempo un titular de este medio: "diarrea legislativa". Una pena que cambiaran el titular por algo menos escatológico...(+)

porque la verdad es que es diarrea legislativa. El país más normativizado del mundo: será por el poder de la abogacía (dícese de esos que lo lían todo).

Hay normas medioambientales, pero el Estado permite construir a algunos en suelo protegido, que sus ediles paseen a sus perros y que dejen los cerotes impresos en las ceras. Prohíbe a los humanos esputar, mingitar, vomitar en el viario público, pero los animalitos pueden regar con sus fluidos cuanto alcancen y antojen. Se pueden destruir bosques, contaminar el subsuelo y las aguas subterráneas, cepillarse montañas enteras e incluso permitir vertidos residuales altamente tóxicos, si eres del club vip. Las normas lo invaden todo, uno incluso no puede cortar sus árboles, los de su parcela, pero la Administración puede dejar que enfermen los suyos hasta que las ramas matan gente o destrozan propiedad privada sin hacerse responsables de nada.

Uno no puede circular sin que una especie cinegética (no contemplada por el seguro, si es que contempla algo, de la que rinden aprovechamiento los grandes prebostes de la patria, antaño llamada España), se abalance sobre el conductor y tras provocar la muerte de toda su familia y dejarle tetrapléjico le espeten un "la culpa es completamente suya". Las leyes, ¡ay! las leyes, esas que dicen que todo daño debe ser resarcido y así es: el ojo debe resarcir al puño, las gónadas al puntapié, la víctima al verdugo y el vasallo a su señor.

Cuan grandes leyes, justicias y democracias son esas donde la separación de poderes se menciona para elegir a los miembros del clan que los controlarán al unísono, como una banda.... de música, dado que a concierto milimétricamente acompasado no llega, pero que con unidad controlan lo que llaman separado.

Que belleza legal esa donde claman que las autoridades son presumiblemente más honradas por naturaleza que el pueblo llano y miserable. De más altas miras, metas y espíritus. Limpios de toda supuesta corrupción...

Todo es flexibilidad en la macedonia hispana: hasta para abrir un negocio en ciernes, uno ya se arruina antes de abrirlo y debe cumplir mil y un requisitos, y sin embargo, otros, los más excelentes y preparados de la Casta sólo tienen que copiar y pegar un texto de diez páginas de Internet para revestirlo del afamado nominal "informe" y cobrar cientos de miles de euros del erario público por ello. Y si hace falta crear nuevas figuras legales que recojan la falsedad documental se hace, mientras se declare al fisco la décima parte de lo robado al mismo fisco.

Y que decir de la propiedad intelectuá: donde la propia administración imprime textos fusilados de otros autores sin pagarles ni un centavo, pero cobrando un impuesto a la cultura: porque cultura es ver a los de la ceja opinar y conversar sobre sus sesudas diatribas.

Si hasta ha vuelto el crimental (pero sólo indiscricecionalmente).

Todo es maravilloso señores y ñoras, es la arcadia feliz donde todo va bien y hay brotes verdes por doquier. Donde la estadística se ha transformado por arte de tropelía en dictado del amo, como dictado del señor lo es todo y para todos.

No oséis exclamar que se equivocan, que mal obran, que malogran, porque os acusarán de inanes, estultos y pejigueras en el mejor de los casos, de proctólogos en el intermedio y de locos peligrosos en el siguiente. Y hay más estadios..., como el de antisistema, ultra, etc. Que para eso se han encargado de amamantarlos...

Que bonito está todo. ¿No lo veis?, ¡¡todo funciona mejor que nunca, la península macedónica jamás había logrado cotas tan altas de todo!!. ¡¡Se vive muchísimo mejor que antaño!!. Hay paz, estabilidad, plena creación de empleo, igualdad social.

Ya no hay imputados si no colaboradores de la justicia. Ya no hay corrupción, hay paz, paz y mariposas moradas, amarillas, y un olor fresco y sano. Jazmines y palisandros.