anticlericales que pretenden boicotear la Semana Santa. No resulta complicado deducir
que el tropel que está detrás son los que se dan en llamar progresistas y que esconden
con ese adjetivo la voluntad de perseguir y emplear la violencia de la coacción hacia los
demás. La Semana Santa es para el creyente un motivo central para vivir su Fe, pero en
lo económico también trae consigo un atractivo turístico que genera una cantidad
importante de puestos de trabajo. Estos fascistas progresistas demuestran con estas
iniciativas que la clase trabajadora y sus problemas no les quita el sueño y en el fondo,
rinden memoria a Lenin, uno de sus padres, que sentía una aversión muy particular hacia
los obreros.