Por qué triunfa (rá), Podemos?..++

Pablo Iglesias parece tener un halo importante de invencibilidad. Hay que reconocer que es
una persona inteligente; un dominador de masas. Por más que uno esté en las antípodas
ideológicamente hablando, a cada uno lo suyo.

Pero políticos inteligentes hay muchos, aunque cueste creerlo. No creo que sea esa la causa
de su éxito.

El perfecto dominio de las redes sociales y lo que se llama lo nuevos medios de comunicación
tampoco lo puede explicar, solo ayudar, en tanto en cuanto la fortaleza del aparato del sistema
en ese sentido es ingente.

Desde mi punto de vista Podemos se situa con acierto (entiéndase acierto maquiavélico) en el
catalizador histórico del desapego.

España, desde la transición, ha sido ideológicamente de izquierdas a la vez que
profundamente capitalista. La derecha, y a las acciones y declaraciones de Rajoy me remito,
nunca ha dado una batalla ideológica, quizá por cierto complejo histórico. Y el PSOE ha
mantenido posturas de izquierda que desembocaron, ante la horfandaz soviética, dos décadas
más tarde, en la aventura del progresismo.

Pero ambos, izquierda y derecha, han sido capitalistas hasta el tuétano. Esto es, han
beneficiado las grandes acumulaciones de capital por encima del Estado y en último término
del ciudadano. Desde el modelo económico socialista, en el que serían las grandes empresas
las que llevarían la prosperidad a España, hasta el obsceno rescate de Rajoy a la banca,
pasando por las dádivas privatizadoras de Aznar, y la política de inmigración de Zapatero
(cuestión que provoca bajada de salarios en beneficio del capital), todo ha beneficiado al
capital.

El resultado es un Estado terriblemente extenso, normativo hasta en lo más doméstico, pero
muy débil, caído en los brazos de la banca, las aseguradoras, las eléctricas y las
telecomunicaciones; por no hablar de las constructoras caídas a menos (nadie sabe cómo
acabó el canal de Panamá).

El otro efecto es la destrucción de las clases medias por pura consunción de sus recursos
económicos, y unas clases menos pudientes que han tirado la toalla en lo que a coger el timón
de su destino se refiere, generacionalmente hablando, y que sobrevive de la ayuda. Ante este
panorama, el concepto de casta, apropiado por Podemos, pero que no es suyo, debe triunfar.

Los conceptos trasnochados como la igualdad o la dictadura del proletariado que esgrime
Podemos triunfan en España donde fracasan en el resto de Europa. Si en Francia, Inglaterra o
Italia nuevas formaciones ganan fuerza en forma de defensa de la pequeña burguesía, de la
propiedad privada, y de un Estado fuerte frente al capital, en España este modelo nuevo
fracasa. Rosa Díez desde la órbita socialista Ciudadanos o Vidal eran llamados a encarnar el
fenómeno Lepen en España, pero ni se han atrevido en esa empresa, y por tanto han dejado
morir tanto sus opciones propias, por falta de discurso esperanzador, como las opciones de
que un movimiento así surja en España.

Quizá no podía ser de otra forma. La Revolución Francesa barrió las grandes propiedades
aristocráticas dejando una miríada de pequeños propietarios en Francia, lo que explica el éxito
de su democracia parlamentaria. Y en último término fenómenos como el de Lepen son la
defensa francesa ante el mismo tipo de capitalismo pernicioso que ha destrozado la
democracia en España.

Las clases sociales del s.XXI se dividen en tres. Aquellos que dependen completamente de la
sociedad para subsistir (la mayoría), aquellos que pueden subsistir independientemente de los
avatares sociales, al menos por un plazo de tiempo, y una cúspide que le da exactamente
igual qué ocurra con la sociedad puesto que no la necesitan para nada, ni se relacionan con
ella, más que a través del Estado (gran capital).

La lucha de clases actual forma parte de una alianza. La alianza del Gran Capital con la más
deprimida a través del Estado. Miriadas de ayudas a la subsistencia a cambio del poder
absoluto conforman un Estado que lejos de ser soberano es simplemente instrumental. Los
últimos años de Zapatero y toda la era Rajoy encarnan esta terrible alianza y el fin de la
democracia. Los dos grandes partidos se sitúan en esta órbita de Estado débil.

Movimientos como Lepen pretenden un Estado fuerte aliado con la clase intermedia;
entendiendo que solo la pequeña burguesía puede levantar un país y hacer fuerte una
democracia; intentando que exista gran vaso conductor en el que cada vez más personas
dependientes se hagan independientes.

Y queda Podemos, o el modelo Venezuela, en el que la alianza se pretende entre un Estado
fuerte aliado exclusivamente con con la clase deprimida y dependiente con exclusión de
cualquier otra. En este modelo, a diferencia de lepe, no se pretende que el deprimido deje de
serlo; más al contrario, el Estado es fin en sí mismo, hacedor y dador de subsistencias. La
nueva dictadura del proletariado es es la dictadura de los pobres, y la nueva democracia es,
claro está, orgánica.

Y sin embargo ganará; las vestiduras tapan al lobo. Ellos son la izquierda. El PSOE el capital y
el PP, nadie sabe qué es el PP.

Saludos