Menú
CORRUPCIÓN EN FRANCIA

Un libro narra las operaciones secretas francesas en la época Mitterrand

Un ex agente secreto francés revela en un libro explosivo puesto este viernes a la venta una serie de operaciones en la escena internacional durante los catorce años en los que el socialista Francois Mitterrand presidió Francia. En el libro titulado "Dinero secreto, el espía del caso Elf habla", del que la revista "Le Point" publica este viernes extractos, el ex agente de la DGSE (Dirección General de Seguridad Exterior) Pierre Lethier cuenta una serie de operaciones tramadas desde el Elíseo, como misiones punitivas, asesinatos o guerras secretas, en países como Afganistán, Chad, el Líbano y Guayana.

Cuando Mitterrand era jefe del Ejército y responsable de la política exterior de Francia, su primogénito y colaborador Jean-Christophe puso en contacto al régimen marxista de Angola con traficantes de armas acusados por la justicia de operar desde París saltándose las leyes nacionales, según "Le Point". Ello con la complicidad indulgente de una parte del aparato del Estado, asegura el antiguo agente de los servicios secretos galos, quien está presuntamente implicado en uno de los capítulos del escándalo de comisiones de la petrolera Elf.

Precisamente Jean-Cristophe Mitterrand, apodado "señor África" y "papá me ha dicho" cuando dirigía la célula de asuntos africanos en el Elíseo en 1986-92, durante parte del mandado de su padre, está detenido desde el pasado día 21 en relación con un presunto tráfico de armas con Angola en la década de los noventa. Lethier relata que en los años 1982-1987, cuando Francia apoyaba oficialmente, al igual que la comunidad internacional, al régimen angoleño del presidente dos Santos, los servicios secretos galos mantuvieron contactos secretos con la rebelde UNITA liderada por Jonas Savimbi.

El ex agente explica que en el Chad, tras la batalla de Fada, Francia desempeñó un papel decisivo en la destrucción del cuerpo de batalla libio en Quadidum, en el suelo de "nuestro aliado chadiano", el 22 de marzo de 1987, por el comandante Djamous, jefe del estado mayor del Chad. El ex agente apunta, por otra parte, que el "considerable" papel de la DGSE en el apoyo a la resistencia afgana sigue siendo un secreto de Estado.

No sólo los franceses suministraban armas, equipos, dinero y entrenamiento a los afganos, sino que agentes de la DGSE penetraron desde Afganistán en las repúblicas musulmanas de la entonces Unión Soviética para recopilar información militar o llevar a cabo operaciones de desestabilización, explica la revista. "Le Point" comenta que todos los que dirigieron la DGSE durante los dos septenios de Mitterrand admiten en privado que el ex jefe de Estado no era un hombre al que podían pedir "permiso para matar".

La limitación de esas acciones a las "zonas de guerra", como dice Lethier, es una figura de estilo, según "Le Point", ya que en los años que precedieron la caída del muro de Berlín, la guerra fría permitía interpretar ese calificativo en su sentido más amplio. Cuando uno de los jefes de los servicios consideraba que una operación no era contraria a los intereses de Francia, se informaba bien personalmente a Mitterrand, que hacía como que no oía, o a uno de sus más próximos colaboradores.

Todo se hacía para que jamás pudieran establecerse vínculos entre la cabeza del Estado y el brazo clandestino que actuaba en la sombra. La regla de juego aceptada por todos es que si se producía un accidente, el jefe de la DGSE era designado como el único responsable.

En Internacional

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal