
Una pareja ha sido detenida en Pensilvania por maltratar física y emocionalmente a una de sus hijas de forma reiterada. Según se desprende de la investigación, la menor -que ahora tiene 6 años- habría vivido una auténtico infierno. Sus padres la encerraban en una jaula para perros, la golpeaban y le obligaban a ingerir comida para perros. Cuando la rescataron, estaba desnutrida y tenía el cuerpo lleno de llagas, quemaduras y moratones.
La voz de alarma la dieron los sanitarios que atendieron a la pequeña el pasado 7 de enero. Su padre -Jacob William Weight, de 37 años- llamó al numero de emergencias para solicitar asistencia médica porque la niña había sufrido un desmayo y empezaba a convulsionar. Pero la escena que se encontraron al llegar al 1313 de Sheridan Avenue en Brownsville superaba cualquier cosa que pudieran imaginar.
El hombre no les dejó entrar en el domicilio. Sacó a la niña en brazos hasta la calle: desnuda, con hipotermia y evidentes signos de violencia. La menor fue trasladada de urgencia al Hospital Uniontown donde detectaron que tenía todos los dientes podridos y agrietados, y que presentaba una sepsis (infección generalizada). Un estado del que informaron a la policía, que se presentó de inmediato en la vivienda.
El exterior desaliñado, daba alguna pistas. Pero al entrar se encontraron con una "casa de locos". Había orín, excrementos y basura por todas partes. La pareja vivía con 6 menores (cinco hijos y un sobrino), 10 pitbull y un gato en unas condiciones higiénico-sanitarias que los agentes tacharon de "deplorables". Y, en medio del salón, estaba la jaula en la que encerraban y torturaban a la niña de 6 años.
Al parecer, el resto de los menores -con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años- no presentaban signos de haber recibido malos tratos. De hecho, parece ser que "algunos de estos niños pueden haber participado en los abusos" a la pequeña hospitalizada. Así lo ha señalado el fiscal de distrito del condado de Fayette, Mike Aubele. "Parece que fueron criados con la idea de que esta niña se lo merecía", ha añadido, "es horrible".
Al borde de la muerte
Todos ellos fueron testigos de cómo Jacob y su mujer -Mimi Ann Frost, de 33 años- mantenían a la niña durante días encerrada en su pequeña cárcel: sin ropa, sin comida y sin salir ni para ir al baño. Le decían que tenía que comerse sus propios excrementos y la golpeaban desde fuera con una escoba. Ella misma ha relato a la policía episodios de extrema violencia. Su padre habría llegado a dispararle en las piernas con una escopeta de aire comprimido.
El informe recoge que la menor "podría haber muerto como resultado de este atroz abuso y la negligencia" por parte de sus padres. Para más inri, la pequeña no estaba escolarizada y nunca había revisada o atendida por un pediatra. Weight y Frost se enfrentan a distintos cargos, como el de agresión a un menor, corrupción de menores, servidumbre involuntaria, estrangulamiento o retención ilegal, entre otros.

