Entre Donald Trump y Elon Musk está haciendo tantas cosas todo el rato que su actividad incesante puede ocultar algunas decisiones más importantes pero que están en manos de esbirros que no son dueños de una red social y cuyas actividades no se ven tanto. Entre ellas están los cambios de política anunciados por Chris Wright, secretario de Energía, Lee Zeldin, administrador de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y Doug Burgum, secretario de Interior. Un cargo que, recordemos, no tiene nada que ver con nuestro ministro de Interior: en Estados Unidos de lo que se encarga es de la gestión de las tierras propiedad del Gobierno federal, que son un cuarto de la superficie total del país, y llega al 80% del estado de Nevada.
Y lo que están haciendo es impulsar conjuntamente la producción energética de Estados Unidos y, más en general, la explotación de sus recursos naturales, lo que Trump resumió en el eslogan "Drill, baby, drill" ignorando por completo la obsesión climática que está destruyendo la economía europea. Partiendo de los decretos firmados por el presidente en su primer día, los están desarrollando centrándose sobre todo en el impulso a la extracción de recursos, tanto combustibles fósiles como cualquier tipo de minerales, con especial atención a las tierras raras, reduciendo la burocracia para que este tipo de proyectos no tengan que esperar tanto a licencias y autorizaciones.
Pasarán del ecologismo radical
Una de las grandes novedades es que en esta ocasión también Alaska se abrirá a los pozos de perforación, pero no se quedará ahí. Es previsible que fuera de los parques nacionales se autorice cualquier proyecto en terreno federal. En cuanto a la protección medioambiental, Zeldin ha anunciado que se pasará del ecologismo radical, que pretender eliminar todo impacto del hombre sobre la naturaleza, a un conservadurismo racional, que pretende compatibilizar la limpieza del aire, las aguas y la tierra con la producción energética. Conservar el medioambiente pero al servicio del hombre, no al revés.
Otras medidas incluyen rebajar o incluso eliminar las obligaciones a los fabricantes de vehículos de combustión, esos cuya fabricación quiere prohibir la UE a partir de 2035 y que ya ha encarecido con sus regulaciones hasta hacerlo inasequible a buena parte de la población, así como relajar las obligaciones de eficiencia energética de los electrodomésticos. Volverá a abrir los puertos al gas natural licuado para su exportación y pretende agilizar el desarrollo e implantación de nuevas tecnologías de energía nuclear.
Si Greta Thumberg no estuviera ahora tan ocupada odiando judíos y apoyando a Hamás, seguramente lloraría y gritaría aún más fuerte ese "¿Cómo os atrevéis?" que usaron nuestros políticos a ambos lados del Atlántico como excusa para destruir nuestra industria. El nuevo mensaje de Trump es ¡Perforad, malditos! A mí me suena mucho mejor, porque una energía barata es imprescindible para una economía próspera. Y yo quiero que haya menos pobres y más ricos. Los gretos no.



