Donald Trump ha vuelto a agitar el tablero político y mediático internacional tras compartir una imagen suya caracterizado como sumo pontífice. La publicación, difundida este viernes en su cuenta de Truth Social, fue posteriormente replicada por la cuenta institucional de la Casa Blanca en X (antiguamente Twitter).
La imagen, generada mediante inteligencia artificial, muestra al mandatario vestido con la tradicional sotana blanca, cruz dorada y mitra. Con el brazo derecho alzado a la altura del hombro y el dedo índice extendido, adopta un gesto que simula la bendición papal, en una puesta en escena que ha causado estupor tanto dentro como fuera de los círculos eclesiásticos.
— The White House (@WhiteHouse) May 3, 2025
Cónclave inminente
Esta nueva provocación llega en plena cuenta atrás para el cónclave que comenzará el próximo miércoles 7 de mayo en el Vaticano, donde ya se han iniciado los preparativos, incluida la instalación de la emblemática chimenea sobre la Capilla Sixtina. Como es tradición, tras cada votación saldrá humo negro si no se ha alcanzado acuerdo o humo blanco cuando se elija al nuevo pontífice.
En ese contexto solemne, Trump no ha querido pasar desapercibido. El pasado miércoles, desde la Casa Blanca, declaró sin rodeos: "Me gustaría ser papa. Esa sería mi opción número uno. Creo que sería un gran papa. Nadie lo haría mejor que yo".
Apoyo a Dolan
Además de proclamarse a sí mismo como aspirante ideal —en tono más que cuestionable—, el presidente estadounidense también ha apuntado su preferencia para ocupar el trono de San Pedro. "Debo decir que hay un cardenal de un lugar llamado Nueva York que es muy bueno. Veremos qué pasa", señaló en referencia al cardenal Timothy Michael Dolan, arzobispo de Nueva York, quien ya participó en el cónclave de 2013 y recibió entonces dos votos.
Dolan será uno de los diez cardenales estadounidenses con derecho a voto en este cónclave, junto a figuras como Raymond Burke, voz destacada del ala conservadora, y Robert Prevost, afín al difunto Francisco y con cargos de peso en la Curia romana.
No es la primera vez que Trump choca con la liturgia vaticana. En el reciente funeral del papa Francisco, celebrado el pasado sábado en la basílica de San Pedro, el presidente rompió el protocolo asistiendo con un traje azul, en lugar del riguroso negro que la tradición impone para este tipo de ceremonias.