Menú

Charlie Kirk y el posible comienzo de un Gran Despertar cristiano en EEUU

El multitudinario funeral de Kirk abre un debate sobre un posible resurgimiento de la fe en la vida pública estadounidense.

El pasado domingo, un campo de fútbol americano —que ya saben que son más grandes que los de aquí— se llenó hasta la bandera para el funeral de Charlie Kirk. Más de 90.000 personas, con miles quedándose en la calle, dieron una despedida apoteósica a una figura que, admitámoslo, aquí en España apenas conocían cuatro gatos entusiastas de la información norteamericana como yo. Pero en Estados Unidos, este evento no ha sido solo un adiós a un activista conservador; ha sido uno de esos momentos que dentro de 20 años recordaremos como un hito histórico. El asesinato de Kirk, la reacción posterior y este funeral podrían marcar un punto de inflexión no solo en la política, sino en la vida pública estadounidense. Porque hemos visto indicios de que podría motivar un resurgimiento del cristianismo parecido a otros momentos históricos del país a los que los historiadores llaman "grandes despertares".

El contexto histórico de los grandes despertares

Los grandes despertares son esos periodos en la historia de EEUU, sobre todo en los siglos XVIII y XIX, en los que el país se vuelve más religioso de lo que era, la vida pública se llena de referencias al Evangelio, aumentan las conversiones y las vidas vividas tomándose en serio el ser cristiano. Algunos incluso ven un cuarto despertar en los años 60 y 70, con los telepredicadores llenando las pantallas. Y ahora, tras el asesinato de Kirk, parece que el péndulo vuelve a moverse en la dirección cristiana. Porque Kirk no era solo el fundador de Turning Point USA, una organización que da voz a los conservadores en campus dominados por progres. Era, ante todo, un hombre de fe. Él mismo lo decía: primero Dios, luego la familia y, a cierta distancia, la política. Así lo veían sus seguidores, y así se vivió en ese funeral.

El perdón como símbolo

El acto fue notable no solo por la multitud, sino por momentos como el de Erika Kirk, su viuda, quien asumirá las riendas de Turning Point y, en un gesto que resonó profundamente, perdonó al asesino de su marido. Un acto que, más allá de lo emotivo, es un símbolo del cristianismo evangélico que Kirk representaba y que está ganando terreno entre los jóvenes estadounidenses. Ese perdón, tan arraigado en la fe cristiana, marcó un contraste brutal con la polarización que nos tiene a todos con el cuchillo entre los dientes. Y luego estuvo el desfile de figuras del gobierno de Trump —no sé si todo o casi todo su gabinete— hablando en el funeral en términos abiertamente cristianos, algo que en la política estadounidense llevaba décadas arrinconado, casi como si estuviera prohibido mencionar a Dios en público.

¿Un nuevo gran despertar?

No me malinterpreten: aun siendo cristiano, no me entusiasma que la política se tiña de religión. Prefiero que se siga dando al César lo que es del César. Pero mis preferencias no cambian lo que está pasando. En un momento en que el wokeismo, esa religión sustitutiva que ha dominado la conversación pública los últimos años, está en franca decadencia, el funeral de Kirk sugiere que lo que viene a sustituirla –porque como Chesterton nos advirtió, siempre hay una forma de religión presente– no es una nueva fe, sino la de siempre: el cristianismo. Me sorprendería que las crecientes cifras de secularización en EE.UU. no empiecen a moverse en la dirección contraria. ¿Será un nuevo gran despertar? Nadie lo sabe aún, pero el funeral de Kirk ha sido un indicador claro de que algo se mueve. Y en un país donde la fe siempre ha sido una fuerza poderosa, esto no es moco de pavo. La pregunta es: ¿hasta dónde llegará este péndulo?

Temas

En Internacional

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal