
El Departamento de Justicia de EE.UU. ha asestado un duro golpe a la fiscal demócrata de Nueva York, Letitia James, la misma que lideró una feroz campaña contra Donald Trump que terminó en una condena al magnate con una multa millonaria, que está en instancias superiores se ha rebajado. Este jueves, James ha sido formalmente imputada por presunto fraude hipotecario, un giro de guion que pone en jaque a una de las principales antagonistas del presidente.
La fiscal del distrito este de Virginia, Lindsey Halligan, anunció que un gran jurado ha encontrado indicios suficientes para acusar a James de fraude bancario y declaraciones falsas a una institución financiera. "Nadie está por encima de la ley", sentenció Halligan, reutilizando una frase que repitió la propia James en su causa contra Trump, subrayando la "gran ruptura de la confianza del público" que suponen estos actos por parte de una representante de la ley.
Letitia James es acusada de haber falsificado registros para obtener condiciones favorables en un préstamo hipotecario, declarando la propiedad de Norfolk, Virginia, como su residencia principal, a pesar de que, como fiscal general de Nueva York, está obligada a residir en ese estado. Un hecho que colocaría su solicitud de préstamo en una situación de flagrante ilegalidad por la que podría enfrentarse a hasta 30 años de cárcel y multas millonarias.
El Gobierno de Trump también detectó irregularidades en la compra de una vivienda para cinco familias en Brooklyn en 2001, número que James bajó a cuatro para obtener condiciones más ventajosas en solicitudes de permisos y documentos hipotecarios. Además, la fiscal habría comprado otra propiedad con su padre al que, sin embargo, presentó en el papeleo en 1983 y 2000 como su marido. Estos otros casos, sin embargo, no se han judicializado.
¿Venganza de Trump?
Como era de esperar, James ha respondido con un ataque directo a Trump, calificando los cargos de "infundados" y de ser una "represalia política". La fiscal demócrata acusa al presidente de "manipulación desesperada del sistema de justicia", la misma táctica que muchos le atribuyeron a ella en su cruzada contra el magnate.
Esta imputación llega en un contexto de rendición de cuentas para figuras clave de la órbita demócrata. Hace apenas dos semanas, el exdirector del FBI, James Comey, también fue imputado. El propio Trump llevaba meses pidiendo que se investigara a James, a la que calificó de "culpable como el demonio", en una ofensiva para limpiar las instituciones de lo que considera una persecución política.
Letitia James no es la única a quien la administración de Trump está investigando por este tipo de fraude hipotecario. Otros objetivos políticos del magnate, como la gobernadora de la Reserva Federal Lisa Cook o el senador por California Adam Schiff, también están en el punto de mira por este motivo. No obstante, este tipo de fraude prescribe en relativamente poco tiempo, de modo que es probable que no tengan que enfrentarse a un juicio.
La condena por fraude a Trump
La acusación que lideró Letitia James contra Trump consistía en que, a la hora de pedir créditos a varios bancos, las empresas del magnate exageraron el valor de algunas de sus propiedades para aparentar una mayor solvencia. Sin embargo, ninguno de los bancos lo denunció ni se consideró perjudicado por ello, ya que hicieron su propia valoración, y además las empresas del ahora presidente ya habían devuelto los créditos en cuestión.
Un tribunal de apelación de Nueva York acabó anulando la multa de 454 millones de dólares más intereses que le fue impuesta en este caso. La corte ha considerado la sanción "excesiva" y "anticonstitucional" por violar la Octava Enmienda, que prohíbe multas excesivas y castigos crueles e inusuales.

