
El periodista Tucker Carlson ha hecho saltar todas las alarmas este miércoles al asegurar que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aprovechará su discurso a la nación de esta noche para anunciar una intervención militar en Venezuela. Según Carlson, la información proviene de miembros del Congreso que ya habrían sido notificados sobre la inminencia del conflicto.
"Ayer se informó a los miembros del Congreso de que se avecina una guerra y que el presidente la anunciará a las 21:00", afirmó Carlson en el pódcast Judging Freedom. De confirmarse, el anuncio transformaría radicalmente el balance de su primer año de gestión, que el mandatario prevé desgranar este miércoles desde la Casa Blanca.
La retórica de Donald Trump no deja lugar a dudas sobre sus intenciones de acabar con el régimen chavista. A través de su red social, Truth Social, el mandatario fue tajante: Venezuela está "rodeada" por lo que calificó como "la armada más grande jamás reunida en la historia de Suramérica".
Trump ha advertido de que la presión no cesará hasta que el régimen "devuelva todo el petróleo, las tierras y otros activos que robaron previamente" a los Estados Unidos. Esta estrategia de "máxima presión" ya ha pasado de las palabras a los hechos. La semana pasada, EEUU confiscó un petrolero frente a las costas venezolanas. Este martes se ordenó el cerco absoluto a cualquier petrolero sancionado que intente entrar o salir del país. Y el despliegue militar ya se ha cobrado la vida de al menos 95 tripulantes de "narcolanchas" en operaciones de bombardeo en el Caribe y el Pacífico.
El discurso de esta noche —previsto para las 02:00 hora española— tiene una doble lectura interna. Aunque la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha señalado que Trump se centrará en los planes para los próximos tres años y en la lucha contra el coste de la vida, la sombra de la intervención en Venezuela podría ser la respuesta a quienes le acusan de descuidar los asuntos domésticos.
Para los analistas, una acción decisiva contra la dictadura de Maduro no solo buscaría estabilizar la región y recuperar recursos energéticos estratégicos, sino también reforzar la imagen de un presidente que cumple su promesa de "América Primero" mediante la demostración de fuerza y la ley y el orden en el patio trasero de los Estados Unidos.
