
Al mismo tiempo que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se encuentra de visita en España en la Cumbre de la Comunidad Política Europea, un pequeño pueblo en la región de Járkov, ha sufrido uno de los ataques rusos más trágicos de lo que llevamos de guerra: un misil ha impactado en una tienda y un café y ha provocado más de 50 muertos y varios heridos.
Zelenski, que precisamente ha pedido en la Cumbre más armas antiaéreas, ha calificado lo ocurrido como "un crimen realmente brutal de Rusia, un ataque con misiles contra una tienda de comestibles, un acto totalmente deliberado de terrorismo", según ha publicado en su cuenta de Telegram.
El misil impactó contra un café y una tienda situados en la pequeña localidad de Groza, donde se encontraban unas 60 personas, de las que 51 murieron y otros siete han resultado heridos de gravedad, según información ofrecida por el ministro del Interior ucraniano, Ígor Klimenko.
Según Ucrania en el momento del ataque –a las 15:24, hora española– los locales se encontraban llenos de gente que había acudido a un velatorio. Los servicios de emergencia seguían trabajando en el lugar en el momento en el que redactamos estas líneas, pero ya habían recuperado casi todos los cadáveres, incluido el de un niño de seis años. Según medios ucranianos el ataque se ha realizado con un misil de crucero Iskander, un arma fabricada por la propia Rusia.
Zelenski ha asegurado que "debemos detener el terror ruso" y ha calificado de "criminales" a "todos los que ayudan a Rusia a burlar las sanciones" que en teoría deberían impedirle importar piezas de misiles y otros bienes que utiliza para producir armamento.
Además, prometió que Kiev responderá como es debido al "ataque terrorista" con el que Rusia quiere "hacer de la agresión genocida la norma en todo el mundo".

