El papa Francisco ha recibido este lunes a miembros de la Conferencia de Rabinos europeos en El Vaticano pero ha declinado leer su discurso. Según ha explicado él mismo, no se encontraba bien y ha decidido darles el escrito en mano en lugar de leerlo en voz alta.
"Buenos días, os saludo a todos y os doy la bienvenida. Gracias por esta visita que tanto me gusta, pero sucede que no estoy bien de salud y por eso prefiero no leer el discurso sino dároslo y que vosotros lo llevéis", ha dicho el Papa con voz cansada y algo ronca al recibir a los rabinos.
El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, ha asegurado posteriormente que el Pontífice tiene "un poco de resfriado y un largo día de audiencias", y ha precisado que no se ha suspendido su agenda.
En el escrito, el Papa lamenta que "una vez más la violencia y la guerra han estallado en esa Tierra que, bendecida por el Todopoderoso, parece continuamente opuesta por la bajeza del odio y el ruido fatal de las armas". También expresa su preocupación "por la proliferación de manifestaciones antisemitas" y expresa "firmemente" su condena.
"En este tiempo de destrucción", señala "los creyentes estamos llamados, para todos y sobre todo, a construir la fraternidad y a abrir caminos de reconciliación" y afirma: "Ni las armas, ni el terrorismo, ni la guerra, sino la compasión, la justicia y el diálogo son los medios adecuados para construir la paz".
Reunión con Aragonés
En el discurso, se dirige a los judíos para señalar que "os necesitamos, queridos hermanos, necesitamos del judaísmo para comprendernos mejor a nosotros mismos. Por lo tanto, es importante que el diálogo judeo-cristiano mantenga viva la dimensión teológica mientras continúa abordando cuestiones sociales, culturales y políticas". También les llama a "dar testimonio de su palabra con nuestro diálogo y de su paz con nuestra conducta": "Que el Señor de la historia y de la vida nos dé valor y paciencia para hacerlo. ¡Salom!".
Se da la circunstancia de que el encuentro con los rabinos llegaba el mismo día de su reunión con Pere Aragonés ampliamente difundida por el separatismo, que esperaba un espaldarazo del Vaticano a la causa catalana. La audiencia privada, celebrada en la Biblioteca Privada del Palacio Apostólico, fue "muy cordial", duró unos 40 minutos y en ella el presidente catalán y el Papa pudieron "compartir puntos de vista sobre diversos temas", según fuentes de la Generalidad.
Pide un "alto el fuego"
Las mismas fuentes citadas por Europa Press destacan que entre los temas estuvo la "preocupación compartida por la situación de Israel y Palestina". El tema fue también tratado por el Papa este fin de semana tras el rezo del Ángelus, cuando aprovechó para pedir un alto el fuego en la Franja de Gaza, para "que se pueda socorrer a los heridos y que la ayuda llegue a la población de Gaza, donde la situación humanitaria es desesperada".
"Sigo pensando en la grave situación de Palestina e Israel, donde tantas personas han perdido la vida. Por favor, en nombre de Dios, cesad el fuego. Espero que se busquen todos los caminos posibles para que se evite absolutamente una ampliación del conflicto", dijo el Papa asomado a la plaza de san Pedro desde la ventana del palacio pontificio.
También reiteró su llamamiento para que sean liberados inmediatamente los secuestrados por los terroristas de Hamás: "Entre ellos hay muchos niños. Que vuelvan con sus familias", pidió Francisco