Alemania celebró este lunes el debate de la cuestión de confianza a la que pidió someterse Olaf Scholz tras la implosión de su gobierno y que suponía un mero trámite tras haberse confirmado el adelanto electoral al 23F. El canciller dio un discurso pidiendo su confianza a una cámara que en realidad debía rechazarlo para que continuara el proceso electoral. El debate se convirtió en un aperitivo de la campaña, con las primeras promesas electorales de Scholz, sus amargos reproches a sus ex socios liberales (habló de "continuo sabotaje") y las críticas de quien las encuestas dan como ganador, el democristiano Friedrich Merz.
Tras un pleno convertido en pistoletazo de salida de la carrera electoral, varios medios publicaron los resultados de los últimos sondeos electorales que confirman que el 23F se despedirá de la denominada coalición "semáforo" (de socialistas, verdes y liberales) y muy probablemente de cualquier coalición encabezada por el SPD. Los socialistas, de ganar en 2021 las elecciones con un 26 por ciento de los votos, perderían hoy más de diez puntos: las encuestas les conceden poco más de un 15 por ciento.
El ganador, según los sondeos, será la CDU que ha ido subiendo paulatinamente de forma constante desde 2021 desde el 24 por ciento de entonces hasta el 33 por ciento que le conceden algunas encuestas. El que se da por seguro que será el futuro canciller, Friedrich Merz, azotó con dureza a su rival Scholz, candidato a pesar de las resistencias en su propio partido, acusándole de unas políticas que han provocado la parálisis de la economía alemana y reprochándole su intención de reformar la cláusula legal que impide que el déficit supere el 0,35% anual.
En segunda posición, por delante de los socialistas que quedarían relegados a la tercera fuerza, estaría Alternativa por Alemania con hasta un 17,6 por ciento de los votos. El partido de extrema derecha experimentaría una espectacular subida de ocho puntos respecto a 2021 pero no tan abultada como llegaron a pronosticar los sondeos el año pasado, que llegaron a darle más del 20% de los votos. Mientras, la recién nacida Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), escindida de Die Linke, lograría casi un seis por ciento de los votos mientras su ex partido continuaría fuera de la cámara. Con estos datos, la extrema izquierda pro Putin de Wagenknecht podría entrar en la cámara y los medios alertan de la posibilidad de que AfD y la BSW lleguen a acumular un tercio de los diputados de la cámara, la considerada "minoría de bloqueo" capaz de paralizar leyes clave y que los convertiría en decisivos.
Los ex socios del SPD correrán distinta suerte, según los sondeos. Los liberales del FDP pasarían del actual 11 por ciento a quedarse fuera del Bundestag con en torno a un cuatro por ciento (la barrera está situada en el cinco por ciento). Los Verdes, tras meses de crisis y tras situar finalmente al vicepresidente Robert Habeck como candidato, no sufrirían un desgaste tan acusado: se dejarían en torno a dos puntos respecto a los anteriores comicios con un doce por ciento.
En esta situación, y preguntados por las posibilidades de coalición, los electores ven como más probable una "gran coalición" de CDU y SPD u otra coalición ya ensayada, de la CDU con Los Verdes. Hasta que se sepa qué ocurre relamente, Alemania se prepara para dos meses de intensa campaña.