Los cielos de la pintoresca ciudad suiza de Castillo de Oex se han transformado en un espectáculo multicolor durante la 45ª edición de su Festival Internacional de Globos Aerostáticos. Este evento, que reúne a más de 65 pilotos de globos aerostáticos de todo el mundo, ha llenado el aire con impresionantes formas y colores, ofreciendo un deleite visual tanto para los locales como para los miles de turistas que asisten cada año.
El festival, que comenzó el pasado fin de semana, se celebra durante nueve días y ha sido un éxito rotundo. Los participantes, provenientes de países como Francia, Estados Unidos, Japón y Brasil, han desplegado sus globos en el cielo de los Alpes suizos, aprovechando las condiciones favorables del valle alpino que caracteriza a Castillo de Oex. La región es conocida por sus vientos estables, lo que permite vuelos seguros y emocionantes, un hecho que destaca el piloto Max Duncomb, quien acumula más de 3.000 horas de vuelo en 32 países.
"Volar en los Alpes suizos es algo realmente especial", comentó Duncomb, mientras preparaba su globo para el siguiente vuelo. "Cada vuelo es diferente, pero volar aquí, rodeado de montañas y cielos despejados, es una experiencia única que ningún piloto quiere perderse".