
Pietro Parolin, nacido en 1955, es miembro de la carrera diplomática vaticana desde 1983 cuando se unió a la Academia Pontificia Eclesiástica, la institución encargada de formar a los diplomáticos y administradores de la Santa Sede. En 2013 fue nombrado por el papa Francisco, secretario de Estado de la Santa Sede, donde ha desarrollado su labor en las nunciaturas apostólicas de México y Venezuela, donde medió en los primeros diálogos entre Maduro y la oposición, y buscando un entendimiento entre la Iglesia católica y el gobierno chavista. Asimismo, estuvo detrás de las negociaciones para la liberación de los 19 sacerdotes secuestrados en Nicaragua por la dictadura de Ortega, entre ellos Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa. Entre sus labores, destaca por entablar diálogo con Vietnam o China.
Parolin, además, va a presidir el cónclave y en caso de ser elegido, sería el primer papa italiano desde Juan Pablo I.
Sus puntos fuertes y puntos débiles

De carácter tímido y perfil moderado, ha ejercido su labor de forma discreta pero efectiva. Es el principal artífice del gran regreso del Vaticano a la escena internacional, después de los errores de su predecesor, Tarcisio Bertone. Aunque no es frecuente que un secretario de Estado sea elegido Papa (el último fue Eugenio Pacelli, Pío XII) es un hombre de consenso, gran negociador y que siempre ha apostado por la solución diplomática, lo que le ha posicionado como una figura idónea y más en un mundo que sufre una fuerte crisis geopolítica.
Pietro Parolin era muy cercano al papa Francisco, aunque más moderado. Su perfil podría atraer tanto a progresistas como a conservadores ya que, como buen diplomático, no suele realizar declaraciones polémicas si bien se ha mostrado abierto discutir sobre la abolición del celibato sacerdotal. Asimismo está abierto a que las personas que se vuelvan a casar puedan recibir, en ciertos casos, el sacramento del matrimonio, aunque la ordenación de mujeres es algo "no negociable".
En un cónclave en el que muchos cardenales no se conocen entre sí, Parolin si es conocido por muchos cardenales debido a su labor como secretario de Estado que le ha llevado a viajar por todo el mundo. A su favor, además, tiene 70 años una edad adecuada, ya que no se quiere que el nuevo papa no sea ni demasiado joven (para evitar un largo pontificado) ni demasiado mayor.
Su gran punto débil es que no tiene ninguna experiencia pastoral puesto que no ha ejercido en ninguna diócesis.
Otro de sus puntos débiles es que no cuenta con el apoyo de los 19 cardenales italianos que participarán en la votación, ya que están divididos y, además, otros dos italianos suenan con fuerza: el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bologna y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, de 69 años y en línea con Francisco y el cardenal Pierbattista Pizzaballa patriarca latino de Jerusalén, de 60 años e impulsado por el ala conservadora.

