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¿Quién es Burke? el candidato a Papa castigado por Francisco y favorito de Trump

El cardenal conservador dijo que debía negarse a Biden la comunión por ser abortista y ha defendido a Trump por defender "los valores de la Iglesia".

El cardenal conservador dijo que debía negarse a Biden la comunión por ser abortista y ha defendido a Trump por defender "los valores de la Iglesia".
Cordon Press

El cardenal Raymond Leo Burke, nacido en 1948 en Wisconsin, Estados Unidos, es una de las figuras más destacadas del ala conservadora de la Iglesia católica. Ordenado sacerdote en 1975 por el papa Pablo VI, cursó estudios de Filosofía en Washington y Teología en Roma. A lo largo de su carrera, Burke ha sido un férreo defensor de la misa tridentina —celebrada en latín y de espaldas al pueblo— y un crítico de la deriva progresista adoptada por el Vaticano durante el pontificado de Francisco.

Su enfrentamiento con el papa argentino ha sido público y continuo. En 2014, calificó a la Iglesia como "una nave sin timón" y fue apartado del tribunal supremo vaticano. Más tarde, en 2023, Francisco le retiró el apartamento que ocupaba en Roma y su asignación mensual, argumentando que "usa sus privilegios contra la Iglesia". A pesar de ello, Burke ha seguido viviendo en la capital italiana, sin cargos oficiales pero con una red de apoyos activa, especialmente en Estados Unidos. Y es que, es el candidato favorito del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Críticas al Islam y al aborto

Burke ha tomado posturas contundentes sobre temas sociales. Se opone frontalmente a la bendición de parejas homosexuales, al acceso de divorciados vueltos a casar a la eucaristía y al aborto. En 2020, afirmó que permitir la comunión a políticos católicos que apoyan el aborto —como Joe Biden— genera escándalo y debilita la fe. "Se colocan fuera de la comunión con la Iglesia", sentenció.

También ha sido especialmente crítico con la inmigración musulmana de Europa. En 2019, afirmó que limitar el número de musulmanes en naciones tradicionalmente cristianas sería "una decisión prudente", argumentando que se trata de una cuestión de patriotismo y responsabilidad. Estas declaraciones generaron polémica, pero lo consolidaron como un referente para sectores católicos conservadores.

Apoyo a Donald Trump

Burke fue uno de los pocos cardenales que respaldó públicamente a Donald Trump durante la campaña presidencial de 2016, afirmando que defendía "los valores de la Iglesia". Desde entonces, ha mantenido su apoyo al presidente estadounidense, especialmente por sus políticas contra el aborto y en defensa de la libertad religiosa.

Este alineamiento con Trump ha afianzado a Burke como líder moral del sector más militante del catolicismo conservador en EE. UU. Su figura es promovida por medios como Fox News, LifeSiteNews o EWTN, y organizaciones como Catholic Vote, que incluso han empleado técnicas de geolocalización para influir en el voto católico. Su cercanía con este entorno ha alimentado una campaña no oficial que lo posiciona como el "candidato de la restauración".

Improbable pero no imposible

Pese a su relevancia mediática y doctrinal, la elección de Burke como Papa se considera poco probable. No cuenta con cargos vaticanos ni con el respaldo de la mayoría del Colegio Cardenalicio. Sin embargo, es el único nombre que figura en las listas de "papables" sin poder institucional, pero con una narrativa potente: la de representar la ortodoxia frente a los excesos del progresismo.

Burke encarna la resistencia interna al rumbo progresista de Francisco. Su posible ascenso al trono de San Pedro marcaría un giro de 180 grados en la dirección de la Iglesia, dando voz a una corriente que busca recuperar una visión tradicional y conservadora del catolicismo. Para sus seguidores, no se trata de un simple retorno al pasado, sino de una cruzada espiritual por devolver el verdadero alma de la Iglesia.

Queda por ver quién ocupará el trono de San Pedro, pero de lo que no hay duda es que una de las caras más visibles y aclamadas en estos días tras el fallecimiento del Papa Francisco es Raymond Leo Burke. Su elección sería, sin duda, un giro de timón en la historia reciente de la Iglesia católica. Solo Dios sabe lo que pasará.

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