
En la antesala del cónclave, el Vaticano esconde tensiones, maniobras y alianzas. El escritor y experto en geopolítica vaticana, Eric Frattini, ha destapado las claves ocultas del proceso que elegirá al sucesor del papa Francisco. Durante su intervención con Luis Herrero, Frattini ha puesto el foco en las "congregaciones y formulaciones", esas reuniones en petit comité que, según palabras del cardenal Manuel Monteiro de Castro, "cuantas más congregaciones, menos fumatas".
Frattini, que ha asesorado a los guionistas de la película Cónclave —elogiada por religiosos por su fidelidad al ambiente real, aunque criticada por sus últimos cinco minutos—, desvela que dos grandes papables están ya bajo la lupa de las campañas internas: Pietro Parolin y Luis Antonio Tagle.
Los puntos débiles
Parolin, actual secretario de Estado, entra en el cónclave lastrado por el acuerdo secreto que firmó en 2018 con el Partido Comunista Chino. Un pacto que, según Frattini: "Supone aceptar que el Gobierno chino nombre a los obispos, siempre que el Vaticano los ratifique".
Por su parte, Tagle, arzobispo filipino y uno de los nombres que más sonaba como sucesor de Francisco, ve erosionadas sus posibilidades. "Es un hombre íntegro", afirma Frattini, "pero no ha conseguido organizar la cúpula de Cáritas Internacional". Su falta de control obligó al propio Papa a intervenir. "Muchos se preguntan: si no pudo con Cáritas, ¿cómo controlará la curia romana?", añade el escritor.
En un cónclave que reúne a cardenales de 71 países, donde más de la mitad no se conocen personalmente, los bloques clásicos se diluyen. Ya no hay unidad entre los italianos, hay fracturas internas entre conservadores y progresistas. "Más peligrosos son los africanos, que sí van en bloque", advierte Frattini.
A todo esto, se suma un hecho particular: Giovanni Battista Re, decano de los cardenales, no citó al papa Francisco en su homilía de apertura del cónclave, pero sí deseó suerte a Parolin al final de la misa. "Un gesto que muchos interpretan como cargado de intenciones", apunta Frattini.
El libro del autor, Cónclave. La Iglesia después de Francisco, investiga precisamente los escenarios posibles tras este pontificado. "Hay tres grupos", explica: los que solo buscan mantener el poder conservador; los francisquistas acérrimos; y los que quieren un perfil como el de Francisco, pero más cauto en cuestiones doctrinales.
El nuevo Papa, según Frattini, deberá rondar los 70 años y conocer bien los engranajes de la curia: "Ya nadie quiere otro pontificado eterno ni otro Papa venido del fin del mundo".