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El demoledor paralelismo entre el kirchnerismo y los 'carapintadas' que pedían "no más juicios" a las juntas militares

Defienden a Cristina con los mismos argumentos con los que Aldo Rico pedía impunidad para los militares de la dictadura.

Defienden a Cristina con los mismos argumentos con los que Aldo Rico pedía impunidad para los militares de la dictadura.
La familia Kirchner y Aldo Rico y sus carapintadas. | Presidencia de Argentina / Tel-Wikipedia

El periodista argentino Joaquín Morales Solá publica en La Nación un extraordinariamente fundamentado artículo en el que establece un paralelismo entre la defensa que el kirchnerismo hace de Cristina, tras el demoledor alegato del fiscal y la petición de 12 años de cárcel, y los argumentos que utiilizaban Aldo Rico y sus Carapintadas, un grupo de militares que entre 1987 y 1988 protagonizaron varias sublevaciones contra el gobierno de Raúl Alfonsín por los juicios a los miembros de la Junta Militar, máximo órgano de la dictadura que ocupó el poder en Argentina entre 1976 y 1983.

Morales Solá destaca que "quien tuvo la paciencia de escuchar ayer por las redes sociales el descargo de Cristina Kirchner quedó perplejo. Fue un paseo por la manipulación, la autoinculpación y la nadería. No refutó una sola de las muchas pruebas que mostró Luciani a lo largo de nueve días de alegato. Solo se escudó en el pobre pretexto de que el único corrupto de su administración fue su entonces poderoso secretario de Obras Públicas, José López, y que ella fue una imbécil (para decirlo con un término más elegante que la palabra barriobajera que usó) que nunca se enteró de nada".

El periodista argentino recuerda que el argumento de que Cristina "no sabía nada", además de inverosímil serciría pàra exonerar a los ,miembros de las Juntas acusado de crimenes contra la humanidad:

¿Nada de esto sabía Cristina Kirchner? Si la Justicia solo pudiera condenar a los jefes que firmaron órdenes, entonces ninguno de los jefes militares de la dictadura podría haber sido condenado. Ninguno firmó una orden para secuestrar, matar y hacer desaparecer a personas. El reconocido constitucionalista Roberto Gargarella publicó ayer una opinión que resume el caso en pocas palabras: "Si la asociación ilícita no quedó verificada en este caso, la asociación ilícita no podrá probarse nunca. Elimínenla. Y si no se sostiene ahora, tampoco se sostiene la condena a las juntas (militares), dado que ningún general firmó ni firmaría nunca una orden para la desaparición de personas". El argumento, ciertamente verdadero, para condenar a las Juntas según el cual "no podían no saber" es aplicable al caso de Cristina Kirchner y las obras públicas de Lázaro Báez.

Para Morales Solá el paralelismo es claro: "Más que al 17 de octubre de Perón, las acciones del kirchnerismo se parecen a los carapintadas de 1987, cuando Aldo Rico se sublevó contra la Constitución al grito de "No más juicios". El kirchnerismo entró en la fase carapintada por su decisión de amotinarse contra la Justicia"

Y "sin una defensa sólida y argumentada frente a las acusaciones puntuales del fiscal Luciani", Morales Solá desmonta las otras estrategias del Kirchnerismo. Por un lado, "intentar demostrar que exponentes del macrismo también se enriquecieron de la mano de José López. Somos todos ladrones", y por otro el llamado lawfare:

También la Corte rechazó explícitamente la teoría de lawfare, esa imaginaria conspiración entre sectores de la política, medios periodísticos y la Justicia para perseguir a los líderes nacionales y populares. En rigor, el lawfare no es aplicable a los líderes que tienen poder; por lo general, se lo aplica a personas políticas que perdieron el poder y que aspiran a volver a tenerlo. Uno de los aspectos más importantes del demoledor alegato del fiscal Luciani es que lo hizo contra la persona más poderosa del país. Hasta el fiscal Julio Strassera investigó y acusó a un sector de poder, los militares, que ya no estaban en el gobierno. Raúl Alfonsín era el presidente. En cambio, Luciani mostró la cara oculta de la funcionaria que funge de hecho como la jefa de facto del gobierno de Alberto Fernández. Ella es la que pone y saca funcionarios, la que acepta o veta las decisiones más significativas de la administración. Esa situación es la que hace excepcional y transcendente el juicio actual contra Cristina Kirchner.

Lea aquí el artículo completo de Morales Solá en el diario La Nación

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