Grabois, el comunista amigo del Papa que está detrás de los disturbios en Argentina

Juan Grabois, cabecilla intocable de una horda de okupas violentos de campos y viviendas que se dedican a sembrar el caos por toda Argentina, se ha erigido ahora como el brazo violento de Cristina Fernández de Kirchner en el pulso que la vicepresidenta mantiene contra la justicia independiente del país que pide para ella 12 años de cárcel y la inhabilitación perpetua por supuesta corrupción.

La muestra es que Grabois lideró en la madrugada del sábado las protestas que acabaron en disturbios y en una batalla contra la policía en los aledaños de la vivienda de la que fuera dos veces presidenta del país.

Junto al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se le pudo ver al frente de una de las columnas que reventó el cordón policial y tiró abajo las vallas de protección instaladas frente al edificio situado en el área de Recoleta en Buenos Aires.

Antes, este líder radical protagonizó una imagen que no tardó en hacerse viral en las redes sociales. Se le vio junto a otros militantes seguidores de Fernández de Kirchner, como los diputados Natalia Zaracho y Federico Fagioli, haciendo retroceder un camión de la policía porteña equipado con cañones de agua que más tarde sería utilizado para dispersar a los radicales que lanzaban todo tipo de objetos contra los agentes.

Precisamente era con él con quien Cristina Fernández se fundía en un sentido abrazo, tras abandonar el atril improvisado a las puertas de su residencia donde agradecía a todos los presentes el apoyo manifestado y cargaba contra la actuación de las administraciones locales. Según la vicepresidenta argentina, son las culpables de prohibir las manifestaciones de sus seguidores colocando el vallado de protección en los alrededores de su domicilio.

Palabras a las que no dudó en contestar el jefe del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que denunció en rueda de prensa que lo que hacían sus seguidores desde que se conociera la petición del fiscal Luciani era ocupar el espacio público con un campamento permanente intolerable.

Peronistas radicales agreden a los policías que custodian la casa de Cristina KirchnerNoelia Bautista

En este ambiente se ha producido esta batalla entre manifestantes y policías que es fruto de la estrategia de Cristina Fernández de caldear las calles para alentar la imagen de que es objeto de una persecución mediático-judicial.

Estrategia con la que, ha denunciado Rodríguez Larreta, la vicepresidenta argentina busca "que la solución de sus problemas con la Justicia argentina se dirima en las calles, enfrentando a unos argentinos con otros".

Acólito de Cristina Fernández y el Papa

Para ello Cristina Fernández se apoya en acólitos peronistas de la talla de Grabois que es hijo del conocido militante Roberto "Pajarito" Grabois. Es fundador del Frente Estudiantil Nacional y parte de la agrupación "Guardia de Hierro" donde tuvo sus primeros contactos con el actual Papa Francisco con el que mantiene una estrecha relación.

Muestra de ello es que en 2015 fue nombrado consultor de la Santa Sede y un año después, en 2016 pasó a ser asesor del pontífice como miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.

Azote del presidente Alberto Fernández

Pero más allá de sus escarceos con el Vaticano, Juan Grabois se ha convertido ahora en el azote del propio presidente, el peronista Alberto Fernández. Contra él y su acción de gobierno ha encabezado ya diferentes protestas por todo el país al amparo de la coalición Frente de todos o la Unión de Trabajadores de la Economía Popular.

"Que el presidente cumpla su promesa cuando ganó las elecciones, que fue empezar por los que están últimos… Muchos estamos muy decepcionados y todavía tenemos alguna esperanza de que se le ablande el corazón y tome la medida que tiene que tomar", ha escrito Grabois en twitter donde son múltiples las críticas al líder del Ejecutivo argentino.

"¿Para qué te pusimos ahí?" Se ha llegado a preguntar visiblemente airado en un acto en el que acusaba el presidente de estar generando aún más pobreza para la población argentina.

Discursos como éste evidencian según los analistas que Grabois no hace más que tomar distancia con el Gobierno de Alberto Fernández, mientras construye un perfil mediático y combativo en la calle con la vista puesta en las elecciones presidenciales del próximo año.

Es más, y a la vista de que en el frente oficialista no hay aún candidato por el rechazo del kirchnerismo a la reelección del actual presidente del país, algunos dirigentes del ala izquierdista más radical han trazado ya un paralelismo entre Grabois y el mandatario chileno y líder de la extrema izquierda, Gabriel Boric.